«YO SOY ASÍ, NO VOY A CAMBIAR»: Una Reflexión sobre el Cambio Personal
¿Cuántas veces has escuchado o incluso pronunciado la frase «yo soy así, no voy a cambiar»? Tómate un momento para reflexionar sobre esto. Anota en un papel una situación específica en la que hayas pensado de esta manera, junto con los pensamientos y comportamientos que surgieron de esa creencia. Al hacerlo, pregúntate: ¿es posible que necesite desarrollar un nuevo estilo de conducta más adaptativo? Si la respuesta es afirmativa y sientes que tu forma actual de actuar te genera malestar, este artículo podría ser el impulso que necesitas para ver la vida desde una nueva perspectiva.
Es fundamental entender que no somos meros productos del azar. Nuestros actos, pensamientos, miedos e ilusiones han sido moldeados por nuestro entorno —ya sea en casa o en la escuela— así como por nuestra herencia genética. Sin embargo, aquí está la buena noticia: eres quien eres hoy porque has puesto esfuerzo en ello. No podemos culpar únicamente a nuestra educación o a nuestra biología; eso significa que tienes el poder de cambiar y moldear tus pensamientos, emociones y comportamientos.
A menudo escuchamos la afirmación «yo soy así, no voy a cambiar», pero es importante recordar que nadie permanece estático a lo largo del tiempo. Los seres humanos somos inherentemente cambiantes. Si tomamos conciencia de nuestros pensamientos y emociones, podemos modificar nuestros comportamientos para hacerlos más adaptativos y, en consecuencia, vivir con mayor paz interior.
El cambio es posible y necesario para nuestro crecimiento personal. Al abrirnos a nuevas formas de pensar y actuar, no solo mejoramos nuestra calidad de vida, sino que también nos permitimos explorar nuevas oportunidades y relaciones. Así que la próxima vez que te encuentres atrapado en la idea de que «así soy yo», recuerda: tienes el poder de transformar tu vida. ¡Atrévete a dar ese paso hacia el cambio!
La importancia del Cambio: superando creencias limitantes
Todas las conductas que hemos repetido hasta ahora nos han beneficiado de alguna manera, ya que, de lo contrario, no las habríamos mantenido en nuestra vida. Por ejemplo, una persona ansiosa puede encontrar alivio en la ayuda de los demás para asumir ciertas responsabilidades, lo que le permite evitar el estrés que le generan sus preocupaciones. Sin embargo, es crucial reconocer que, aunque existen factores genéticos que predisponen a algunas personas a ser más ansiosas, extrovertidas o propensas a la depresión, esto no significa que estemos condenados a vivir de esa manera. Siempre hay espacio para realizar cambios significativos que nos permitan vivir con mayor calma y bienestar.
En este sentido, es fundamental eliminar de nuestro vocabulario la frase «yo soy así, no voy a cambiar». Esta creencia es irracional y limitante, ya que detrás de ella se oculta un temor al esfuerzo necesario para lograr un cambio. Muchas veces, preferimos aferrarnos a nuestras viejas costumbres porque el proceso de transformación puede resultar incómodo y los resultados no siempre son inmediatos. Sin embargo, es precisamente ese esfuerzo el que nos llevará hacia una vida más plena.
Desde Calma al Mar, te animamos a reflexionar sobre el camino que deseas tomar en tu vida y sobre cómo quieres construir tu nuevo «yo». Comienza por establecer pequeñas metas y trabaja en ellas de manera progresiva. Es importante recordar que todo en la vida requiere tiempo y dedicación. La fuerza de voluntad no es un rasgo innato; se puede desarrollar mediante la práctica constante. A medida que vayas creando nuevos hábitos, estarás forjando un «yo» más fuerte y adaptativo, donde la paz interior tenga un lugar preponderante.
Así que no esperes más: ¡ponte manos a la obra! El cambio está al alcance de tu mano si estás dispuesto a esforzarte por él. Cada pequeño paso cuenta en este viaje hacia una vida más equilibrada y satisfactoria.
Mar Timor Sarrió, psicóloga colaboradora de Calma al Mar y AEPSIS .
@amarpsicologia