Ying Yang
¿De qué somos capaces? ¿Cuál es el límite del ser humano? ¿Acaso existe una línea que divide el bien del mal?
Durante la segunda guerra mundial, la psicología social vio la necesidad de explicar cómo una persona con una vida normal, hijos, familia… era capaz de cometer atrocidades como las que llevaron a cabo los Nazis. Como respuesta a esta necesidad, Milgram, psicólogo de la Universidad de Yale, realizó un experimento para conocer de que es capaz un ser humano ante una figura de autoridad.
El experimento era el siguiente: un ejercicio en el cual se debe de memorizar una secuencia de palabras para comprobar cómo funciona la memoria de trabajo. Hay tres personas implicadas, dos de ellas son actores que estarán fingiendo e interpretando el papel de alumno y de investigador jefe. El tercero, interpretando el papel de maestro, es el encargado de llevar a cabo el experimento mostrando la secuencia de palabras y administrando una descarga en caso de que el alumno cometa un error.
Hay varios puntos interesantes a tener en cuenta antes de ver los resultados. En primer lugar, las descargas van desde un mínimo de 45 voltios hasta un máximo de 450, siendo esta última mortal. Son administradas gradualmente por lo que cada vez que el alumno comete un error, la descarga será un nivel más alta.
Además, el investigador jefe lleva bata blanca para potenciar el rol autoritario que representa. Por su parte, el sujeto target (maestro) y el alumno están separados por una pared, por lo que no pueden verse la cara pero si escucharse.
Los resultados resultan escalofriantes. El 65% de los sujetos que hacían el papel de maestro, llegaron a aplicar la descarga de 450 voltios a pesar de escuchar los gritos del aprendiz. Normalmente, cuando llegaban a la descarga de 135 voltios, se ponían nerviosos y preguntaban el propósito del experimento. El investigador, les decía “Continúe por favor” o “No detenga el experimento”, y ellos simplemente obedecían la autoridad. Es importante recalcar que todos los sujetos que hicieron el papel de maestros, eran estudiantes de universidad los cuales habían pasado test psicológicos para comprobar si eran sujetos mentalmente sanos.
Milgram ha planteado este experimento como una posible explicación a la conducta humana ante una figura de autoridad, pero lo que está claro es que la realidad es mucho más compleja de lo que se presenta en un laboratorio. Tal vez todo pueda explicarse desde el concepto de cosificación, también propuesto por Milgram.
Y esque cuando cumplimos órdenes, no somos más que un simple brazo ejecutor, que lejos de ser culpable, se limita a obedecer a quien para él, dice la verdad.
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