Señales que te indican que deberías acudir a un psicólogo
Un día te despiertas y te das cuentas que ya no puedes más, estás más cansado/a que de normal, quizás un poco más triste que ayer, tienes la sensación de que no puedes controlar la situación, te cuesta hasta ir al trabajo y relacionarte con los demás, poco a poco has dejado de salir con los amigos e incluso de responder esos mensajes y llamadas que recibes, puede que hasta te notes distante de tu familia. No entiendes lo que te ocurre ni tampoco sabrías explicar el por qué, crees que nadie puede entenderte, pero la realidad es que hay muchas personas que se sienten igual que tú y con ayuda puedes entenderlo, aprender, controlar y disfrutar de la vida.
Aquellos días que pasabas con tranquilidad, sin que nada ni nadie te estresara, ya casi es un recuerdo recuerdo remoto, tal y como sucede en la gran mayoría de la sociedad actual. Las grandes ciudades, el tener prisa constantemente, el abarcar demasiadas cosas diariamente terminan conllevando un desgaste, y no solo a nivel físico sino también a nivel cognitivo. Este ir y venir diario, junto a más preocupaciones, puede conllevar otras consecuencias más importantes que no debes dejar pasar por alto, como los problemas de ansiedad, depresión e incluso, en situaciones más graves, el suicidio. Seguro que te suena las noches en vela, los pensamientos constantes sobre el mismo problema sin encontrar una solución, ese malestar físico que acompaña a un estado de ánimo decaído, sin ganas de hacer nada, con la sensación de perder el control y de no entender lo te sucede. Esa sensación de que no hay solución para lo que te ocurre te persigue en tus largos días, piensas que “mañana estaré mejor” o “ solo es un mal día”, y realmente mañana estarás como hoy, o incluso más desanimado/a.
La verdad es que todavía no es cosa del pasado la típica frase que habrás escuchado muchas veces y dice que “solo los locos van al psicólogo” o “para que voy a ir a un psicólogo, si no tengo alucinaciones”. Y, a pesar de ser un mito entre la sociedad, esta creencia se mantiene, aunque cada vez los profesionales vemos como se va disipando y parece que la sociedad está empezando a normalizar la necesidad de acudir a un psicólogo, ya que el día a día te hace replantearte tus propias necesidades. Al igual que acudes al médico a hacerte una revisión médica, ¿por qué no preocuparte también por tu salud mental y emocional?. Es curioso como en la infancia te enseñan a hablar, en la escuela te enseñan a calcular, en el trabajo te enseñan a desempeñar tus tareas pero, ¿quién te ha enseñado a sobrevivir a tu día a día?, ¿a cómo manejar las pérdidas?, ¿a cómo me debo sentir tras una ruptura sentimental?, ¿a sentirme emocionalmente equilibrado/a?. La respuesta la sabes: nadie. Pasas las etapas del desarrollo aprendiendo a mejorar tus habilidades generalmente visibles para los demás, pero nadie te entrena para la vida, nadie te ha enseñado a ser padre o madre, nadie te ha enseñado a superar las malas situaciones. Todos queremos ser felices y encontrarnos bien, pero para ello debemos fijar la atención en la base, en nuestra salud mental.
Puede ser que al leer este artículo estés pensando “yo no tengo ninguno de esos síntomas, me siento bien”, pero seguramente alguna vez has tenido (o sigues teniendo) la creencia de que no puedes permitirte el cometer errores, por ejemplo, y lo consideras una “tontería que a todos nos pasa”. Siento decirte lo equivocado/a que estás, porque no es ninguna nimiedad y un gran porcentaje de la población lo padece. Ese proceso de autoexigencia te hace llegar al límite, exprimirte por dentro y cometer errores más graves, como el no saber decir “no”, el no permitirte disfrutar y juzgar constantemente tus actos y pensamientos. Quizás ni te hayas dado cuenta de todo esto que estás leyendo. No es necesario acudir al psicólogo en un estado de malestar emocional crítico, pues no hay mejor forma de conocerte a ti mismo/a que fijando toda la atención en tu interior, mediante un entrenamiento que todos deberíamos de realizar para ser consciente de lo que piensas, identifiques aquellos pensamientos que no reflejan la realidad y te provocan malestar, además de las emociones y de los síntomas físicos que despiertan en ti, de forma que así puedas aprender a ser más consciente de ese proceso y llegues a ser el sujeto que lleve el control de tu cognición, y no al contrario, que sea tu mente la que te maneje a ti.
Si dudas, no esperes. Acude a un psicólogo y empieza a cuidarte desde hoy.
Rut Mares Arnal
Psicóloga General Sanitaria y Psicogerontóloga,
Colaboradora del Centro de Psicología Calma al Mar, en Valencia.
Contacto: rmpsicologavlc@gmail.com
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