Refuerzo intermitente: Un doble filo en las relaciones de pareja
Introducción
Las relaciones de pareja son un complejo tejido de interacciones emocionales y conductuales que requieren cuidado y atención para mantenerse saludables y resultar satisfactorias. Uno de los elementos que influyen en la dinámica de una relación es el refuerzo, es decir, las recompensas y castigos que experimentamos como consecuencia de nuestras acciones en la relación. En este contexto, el refuerzo intermitente, un patrón de refuerzo que ocurre de manera irregular y no predecible, puede desempeñar un papel muy significativo en las relaciones. En este artículo, vamos a explorar cómo puede afectar tanto de manera positiva como negativa a las relaciones de pareja.
¿Qué es el refuerzo?
El refuerzo es un proceso mediante el cual se fortalecen o debilitan ciertas conductas, aumentando o disminuyendo la probabilidad de que ocurran de nuevo en el futuro. Puede ser tanto positivo como negativo, y ambos tipos tienen efectos diferentes en el comportamiento.
Por un lado, el refuerzo positivo implica la presentación de un estímulo agradable después de que se realice una conducta específica. Este estímulo puede ser tangible, como una recompensa material o un elogio verbal, o puede ser una experiencia emocional positiva, como sentirse satisfecho o complacido. Al recibir un refuerzo positivo, la probabilidad de que la conducta se repita en el futuro aumenta, puesto que resultaría agradable volver a recibir algo agradable.
Por otro lado, el refuerzo negativo implica la eliminación o evitación de un estímulo desagradable después de que se realice una conducta concreta. El objetivo del refuerzo negativo es reducir o eliminar una sensación incómoda o desagradable. Por ejemplo, si una persona tiene dolor de cabeza y toma un analgésico, y el dolor disminuye, la acción de tomar el analgésico se ve reforzada negativamente. En este caso, la probabilidad de que la persona tome analgésicos en el futuro aumenta para evitar o aliviar el dolor de cabeza.
Entonces…¿Qué es el refuerzo intermitente?
El refuerzo intermitente se refiere a un tipo de refuerzo que se administra de manera impredecible y no constante. La persona no sabe en qué momento puede aparecer. Esto, extrapolado a las relaciones de pareja, puede manifestarse en el contexto de prestar atención, proporcionar afecto, muestras de cariño, de aprecio, etc. Cuando este refuerzo se entrega de manera intermitente, sin seguir una continuidad o estabilidad, es más difícil predecir cuándo ocurrirá, lo que crea un elemento de incertidumbre.
¿Qué efectos tiene el refuerzo intermitente?
Puede tener un efecto muy poderoso en las relaciones. En primer lugar, puede generar un nivel de excitación y anticipación que puede ser estimulante y mantener vivo el romance. Cuando no sabemos cuándo recibiremos una muestra de cariño o afecto, nuestras emociones se ven estimuladas, y esto puede fortalecer la conexión emocional entre las parejas. Además, el refuerzo intermitente puede llevar a un mayor deseo de agradar al otro, ya que buscamos obtener más recompensas.
Sin embargo, también existe una parte oscura del refuerzo intermitente. La falta de consistencia en la entrega de refuerzo puede generar ansiedad y frustración en las parejas. La incertidumbre sobre cuándo ocurrirá el próximo acto de amor o aprecio puede generar inseguridad y dudas sobre el compromiso de la otra persona. Esto puede llevar a patrones de búsqueda de atención o a comportamientos poco saludables, como la manipulación emocional o la demanda constante de validación. Aquí es donde se manifiesta el malestar de este tipo de refuerzo presente en el vínculo. El no saber cuándo volverá a haber un halago, una muestra de afecto o de atención, mantiene en vilo a una de las partes de la pareja, esperando constantemente ese refuerzo, articulándose de varias estrategias para obtenerlo, en ocasiones disfuncionales, que pueden acarrear más malestar. Esta búsqueda casi constante de estos estímulos agradables ofrecidos por la otra parte de la pareja, tiene como base la ansiedad.
Es normal por otro lado, que si se administran dosis de refuerzos positivos continuamente, en especial al inicio de las nuevas relaciones, la otra persona se acostumbra a recibir cosas agradables. En el momento en que se empiezan a administrar de vez en cuando, activa una alarma en la otra persona. Si se acostumbra a recibir halagos, regalos, afecto, conductas cariñosas, etc, y de repente se ve reducido, y se dan sin una continuidad, constancia o estabilidad, genera sentimientos intensos de malestar y búsqueda de estos estímulos de nuevo para sentirse bien, así pues cuando vuelve a recibirlo, lo hace con una energía y unas ganas increíbles.
Estos momentos suponen un refuerzo muy grande para la persona, así que volverá a esperar recibir este tipo de refuerzos, y adquirirá conductas de búsqueda activa de los mismos, sintiendo muchas veces frustración al no recibirlos, y entonces, en otro momento inesperado, volverá a recibirlo, y así se reforzará más fuerte aún. Así se convierte en un círculo vicioso, donde la ansiedad no desaparece.
¿Cómo encontrar el equilibrio?
Para mantener una relación de pareja saludable, es importante encontrar un equilibrio en la entrega de refuerzo. Si bien el refuerzo intermitente puede ser emocionante y mantener viva la chispa en una relación, también es esencial cultivar la seguridad y la estabilidad emocional. La comunicación abierta y sincera juega un papel fundamental en este proceso. Hablar sobre las necesidades y expectativas de cada uno en la relación puede ayudar a establecer un equilibrio entre la entrega de refuerzo intermitente y la satisfacción de las necesidades emocionales de ambos miembros de la pareja.
Además, es importante recordar que el refuerzo no se limita únicamente a los momentos románticos o afectivos. Pequeñas acciones cotidianas, como escuchar activamente, mostrar apoyo emocional y ayudarse mutuamente en las tareas de la vida diaria, también pueden ser formas valiosas de refuerzo que fortalecen la conexión entre las parejas.
Esencialmente, el refuerzo en las relaciones de pareja debe ser equilibrado y consistente. Esto implica encontrar un punto medio entre la entrega intermitente de recompensas y la satisfacción regular de las necesidades emocionales de ambos miembros de la pareja. Una relación en la que el refuerzo es completamente impredecible puede volverse agotadora y desestabilizadora, mientras que una relación en la que el refuerzo es demasiado constante y predecible puede volverse monótona y carente de emoción. En un punto intermedio está la virtud, con respeto, cuidado y empatía en todo momento.
Para concluir
El refuerzo intermitente en las relaciones de pareja puede ser un arma de doble filo. Por un lado, puede mantener viva la emoción y el romance, generando una sensación de excitación y fortaleciendo la conexión emocional entre las parejas. Por otro lado, puede generar ansiedad y frustración cuando la entrega de refuerzo es impredecible y falta de consistencia.
Encontrar un equilibrio en la entrega de refuerzo es fundamental para mantener una relación saludable. La comunicación abierta y sincera, junto con la comprensión de las necesidades emocionales de ambos miembros de la pareja, puede ayudar a establecer una dinámica equilibrada y satisfactoria. Además, recordar que el refuerzo no se limita solo a los momentos románticos, sino que también puede manifestarse en pequeñas acciones cotidianas, contribuye a fortalecer la relación.
Nacho Izquierdo
@nacho.izquierdo.psicologo
Comparte en: