¿Quieres saber realmente por qué eres adicto al tabaco?
Cuando tienes que tomar una decisión y no la tomas, eso es en si mismo una decisión.
William James
¿Si pusiéramos en una balanza tener más salud y más dinero y en otra más enfermedades y menos dinero cual elegirían?
La respuesta está clara, ¡que estupidez! Posiblemente habría más problemas, o no, al decidir entre salud y dinero, pero teniendo las dos en la misma opción… ¿qué clase de pregunta es esa?
Si esta pregunta la respondiera un fumador la respuesta a priori no sería muy diferente. Pero y ¿si pusiéramos en una balanza tener más salud y dinero y en otra fumar?
Anqué de forma enmascarada, eso es lo que elige un fumador día tras día al encenderse un cigarro. A pesar de lo clara que sería la respuesta, mucha gente sigue eligiendo la opción B y no creo equivocarme al decir que esas personas valoran de igual forma su salud y el dinero. Entonces ¿qué es lo que pasa en la mente de una persona para mantener la adicción al tabaco?
Cuando escuchamos la frase “deberías dejar de fumar” algo se activa en nosotros. Durante mucho tiempo se creía que era miedo al síndrome de abstinencia, que también afecta, pero la realidad es que cuando nos imaginamos sin nicotina nuestro cerebro se imagina sin comida. ¡Si, como lo oyen! La nicotina del cigarro provoca la misma reacción química en ciertos receptores cerebrales que la que le dice al cerebro que acabamos de comer, por tanto, cuando pensamos en dejar de fumar nuestro cerebro está entendiendo que vamos a dejar de comer. Es por eso nos cuesta tanto imaginarnos sin tabaco, pero ¡ojo! solo hablo de imaginación que no suene a excusa, si no a lo contrario, pues es independiente de su complejidad.
¿Porque nos volvemos adictos?
La adicción al tabaco es debida a la liberación de dopamina, concretamente en la zona cerebral del estriado ventral (nucleo accumbens), la llamada vía de la dopamina mesolímbica, vía del refuerzo y la recompensa del cerebro. Estas zonas se activan de forma natural cuando realizamos algún logro motivante: aprobar un examen, ganar un torneo, tener un orgasmo, etc. Pero también se activan cuando consumimos una sustancia como el tabaco. Cuando esta droga consigue activar estas zonas de manera abusiva y explosiva se genera la adicción.
Las drogas estimulan los receptores de manera que no es necesario conseguir una recompensa de forma natural, la tienes a corto plazo y más intensa. A largo plazo, después de mucho tiempo manteniendo la adicción, ya no será la sustancia la que produce la recompensa directamente, sino la anticipación de esta recompensa, debido al famoso condicionamiento clásico; Las neuronas dopaminérgicas empiezan a responder a estímulos neutros que ahora están condicionados por asociaciones mentales, como puede ser estar en una terraza de un bar tomando un café.
¿Pero qué diferencia entonces a algunos fumadores de otros?
Los sistemas de recompensa no son iguales para todo el mundo y pueden tener una naturaleza más impulsiva o menos impulsiva. Igual que la motivación o las características personales, pero lo que es cierto es que cuando un fumador empieza a dejarse llevar solo por la emoción y el “placer” que significa fumar sin cuestionarse racionalmente las cosas, deja de utilizar la corteza prefrontal del cerebro, aquella que toma decisiones, que aporta a nuestras acciones la racionalidad. Esto significa que valorará todo lo que tenga que ver con el tabaco de una forma completamente emocional que nada tiene que ver con la realidad.
Cayendo de nuevo en un montón de sesgos que se encargarán de destruir las pocas ideas racionales que generemos:
- Sesgo de confirmación: buscar la información que vaya acorde con lo que quiero escuchar. Todos sabemos que fumar es malo y que literalmente fumar mata pero también todos y cada uno de los fumadores ha escuchado o se ha refujiado en el típico “esa persona tiene 90 años y fuma”. También hay gente que le toca la lotería (probablemente mucha más), refugiarse en eso es como esperar a que nos toque la lotería. Porque racionalmente ¿cuales son las probabilidades de que no nos pase nada debido al tabaco? Búsquenlas. Es 100% seguro que conocemos más casos de mala salud debido al tabaco que buena, pero entonces deberían preguntarse ¿por qué vemos lo contraio?
- Sesgo de arrastre o Bandwagon: este sesgo consiste en hacer o creer algo porque muchas personas lo hacen. La probabilidad de que una persona adopte una creencia o conducta aumenta en función del número de personas que la sostengan. ¿Cuantas personas han empezado a fumar solas? ¿Cuantas personas se sienten con presión a dejarlo si todo el grupo de amigas lo hace? Pero y ¿si todo el grupo fuma? Si tenemos a un fumador al lado nuestra disonancia cognitiva es muchísimo menor que si tenemos a un no fumador al lado.
- Error fundamental de atribución: el error fundamental de atribución consiste en dar explicaciones externas a nuestros errores e internas a nuestros éxitos. Lo mismo hacemos con la droga, si algo malo pasa cualquiera explicación será mejor que atribuir la causa a la adicción o a uno mismo.
- Punto ciego: tendencia a creer que estamos menos sesgados o tenemos menos prejuicios de lo que en realidad estamos. Podríamos utilizarlo para decir que dejamos el tabaco cuando queremos, que en realidad somos conscientes de lo malo que es, que no tenemos ninguno de estos sesgos y el control sobre él es totalmente nuestro… ¿es así?
Y por último el gran sesgo … el que día a día escuchamos a todos y cada uno de los fumadores…
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Correlación ilusoria: consiste en creer que dos acontecimientos están relacionados cuando en realidad no es así.
Cuantos fumadores afirman no poder beber sin fumar, tomar un café sin fumar, leer un buen libro, estar en una terraza… o si, pero no disfrutarlo de igual manera. ¿Piénsalo un minuto… disfrutar y fumar es algo que tiene correlación real? La respuesta es no. Es un sesgo que no nos deja ser conscientes de lo estúpido que es relacionar un cigarro con una buena charla al sol por ejemplo. ¿De qué estás disfrutando realmente de la charla, del sol, de los amigos o de esos 5 minutos que dura un cigarro?
Estamos hartos de escuchar que fumar es malo y que es una de las drogas más dañinas y con más consecuencias físicas, a pesar de estar legalizada. Pero fumar no solo afecta al cuerpo, fumar acelera el proceso de envejecimiento del cerebro y empeora la capacidad para tomar decisiones, resolver problemas o controlar los impulsos. La causa es el adelgazamiento de la corteza orbitofrontal del cerebro esa que dejamos de usar debido a nuestra adicción.
También estamos hartos de escuhar las mejorías y los beneficios que trae consigo una vida sin tabaco, son muchos, muchísimos. Pero incluso sabiendo todo eso no tomabamos la decisión.
Quizá ahora, que sabes que fumar es un engaño y dejarlo demasiado fácil si tienes esto presente algo en ti cambie…
Si pusiéramos en una balanza tener más salud y más dinero y en otra fumar, ¿que elegirías?
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Eva María Rodríguez Vicente, psicóloga jurídico-forense, colaboradora del Centro de Psicología Calma al Mar, Valencia
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