¡Qué bonito es el amor! Tipos de amor y componentes
«Qué bonito es el amor cuando llega
Se asoma, te atrapa y vuela»
El amor reina en todos los contextos de nuestra vida: sentimos amor por nuestros amigos, por nuestros familiares, por nuestras parejas o por nuestras mascotas. Es un sentimiento que te hace hace sentir bien y te hace estar ilusionado. En ocasiones, se puede caer en la simplificación de pensar que el amor es exclusivamente el amor romántico, pero no, como veremos a continuación hay diferentes tipos, aquí seguiremos la clasificación de Lee (1977):
- Eros o erótico: es el amor romántico y pasional, basado en una profunda atracción, posee intensidad emocional y pasional, incluye expresiones normales del amor erótico.
- Ludus o lúdico: considera el amor como un juego interactivo, permisivo y no comprometido, evita el apego y la dependencia, defiende la pluralidad de las relaciones y lleva un control sobre si mismo y la relación.
- Storge o stórgico: el amor es natural, lento, gradual, con frecuencia se basa en la intimidad, a menudo procede de una buena amistad, tiene bastante garantía de permanencia y combina amistad estrecha, fraterna y basada en la intimidad.
- Pragmático: combinación de Ludus y Storge, es un amor lógico, en el cual los individuos combinan racionalmente cualidades y compatibilidades, es frío y tranquilo aunque puede llevar a sentimientos más intensos.
- Maníaco: caracterizado por los celos, una preocupación obsesiva, dominante, ansioso y oscilar entre el éxtasis y la angustia.
- Agápico: fraterno, altruista, desinteresado y vinculado a la norma social. Pone poco énfasis en lo sexual, está relacionado con la cristiandad
De todas formas, si nos centramos en el amor romántico y entendemos el amor como lo hacía Stenberg, podremos distinguir tres componentes principales: la intimidad, la pasión y el compromiso.
- Intimidad: refiriéndose a sentimientos dentro de una relación que promueve el acercamiento, el vínculo y la conexión. Promover el bienestar de la otra persona, felicidad al estar cerca del otro, respeto, confianza, entendimiento mutuo, sinceridad, empatía, comunicación íntima y la valoración positiva de la otra persona son algunos de los elementos principales que conforman la intimidad.
- Pasión: estado intenso de deseo de unión por el otro. Tiene que ver con la autoestima, la entrega al otro. En este apartado tiene mucha importancia el componente sexual. La pasión interactúa con la intimidad y tienden a interalimentarse: la pasión puede ser anterior o posterior, esto dependerá de la relación y de las personas involucradas.
- Compromiso: Kelley lo define como el grado en que una persona está dispuesta a acercarse y abrirse a la otra con la intención racional de permanecer en el tiempo. Es frecuente que con apología a llevar esto a cabo, se caiga en el apoderamiento de la vida de otra persona: «como tienes el compromiso de estar conmigo, no puedes estar con otras personas y si lo haces es porque no me quieres». Aquí comienza la diferenciación entre un compromiso sano (donde se busca cierta estabilidad, desarrollo de la intimidad y la pasión) y uno tóxico (definido por los celos, la posesividad y demás conductas violentas).
Sin embargo, y más en los tiempos que corren, hay cientos de tipos de parejas. Lo que debe primar para que una relación romántica sea sana es que los límites y las «reglas» dentro de ella estén definidos por las dos partes involucradas, para que ninguna de ellas salga lastimada.
Sara Arjones González
Psicóloga en formación y colaboradora del Centro de Psicología de Psicología Calma al Mar
Comparte en: