Por qué es más fácil tomar decisiones para otros.

 

¿Por qué es más fácil tomar decisiones para dar solución para los problemas de los demás, que para los nuestros? Parece que veamos la mejor solución al problema de otro, con una claridad y decisión que a menudo está ausente cuando nos enfrentamos los nuestros, ya sea de alguien que decida buscar un nuevo trabajo, pretenda solicitar un aumento de sueldo o simplemente esté reflexionando sobre que destino turístico elegir para las próximas vacaciones.

La toma de decisiones es una de las habilidades sociales más valoradas, por lo que todo el mundo parece mostrar predisposición para aconsejar o decidir para otros. Sin embargo, los seres humanos tenemos una mentalidad diferente a la hora de elegir para los demás: una mentalidad aventurera que contrasta con la mentalidad más cautelosa que aparece cuando tomamos decisiones que afectan a nuestros propios intereses.

Pero ¿cuál es el proceso y la cantidad de información que utilizas cuando eliges para otros en lugar de elegir para ti mismo?
La investigación demuestra que al elegir por nosotros mismos nos enfocamos más en un nivel granular, centrándonos en los detalles, con una mentalidad cautelosa. Emplear una mentalidad cautelosa al tomar una decisión significa ser más reservado, deliberado y precavido. En lugar de explorar y recopilar una gran cantidad de opciones, la mentalidad cautelosa prefiere considerar solo unas cuantas a la vez, en un nivel más profundo, examinando una sección transversal del todo más grande.

Pero a la hora de decidir por otros, analizamos más la gama de opciones y nos centramos en la impresión general. Somos más audaces, operando desde lo que llamamos una mentalidad aventurera. Una mentalidad aventurera prioriza la novedad sobre una inmersión más profunda en lo que realmente consisten las opciones disponibles. La disponibilidad de numerosas opciones es más atractiva que su viabilidad y eficacia al ponerlas en práctica.Cuando hacemos un análisis sobre los problemas de otras personas, nos sentimos inspirados y tenemos un flujo libre de opiniones para difundir sobre la mesa sin juzgar, dudar o pensar demasiado, con notable tendencia a auto-nombrarnos portavoces creativos de los demás.

Piensa en la última vez que hiciste una petición importante a tu jefe, como solicitar un aumento de sueldo. Muchas personas inicialmente tienen miedo de plantearlo (empleando una mentalidad cautelosa); sin embargo, estas mismas personas, no tienen problema a la hora de recomendar a otros (como a sus amigos o colegas) que lo hagan (empleando una mentalidad aventurera). Cuando las personas recomiendan lo que otros deberían hacer, surgen ideas, opciones y soluciones más optimistas y orientadas a la acción, que se centran en información más positiva y suponen consecuencias más favorables. Mientras tanto, cuando tomamos nuestras propias decisiones, en ocasiones tendemos a imaginar todo lo que podría salir mal, lo que nos lleva a dudas y más dudas.

¿Cómo se puede aplicar esta evidencia en nuestros día a día, para tomar las mejores decisiones? Para empezar, debes trabajar para distanciarte de tus propios problemas mediante la adopción de una perspectiva diferente. Con esta mentalidad, podrías actuar como tu propio consejero; de hecho, incluso puede ser efectivo referirte a ti mismo en tercera persona al considerar una decisión importante, como si estuvieses hablando de un amigo. En lugar de preguntarte, «¿qué debo hacer?», puedes preguntarte «¿qué debe hacer…?».

Otra técnica de distanciamiento es fingir que tu decisión es de otra persona y visualizarla desde su perspectiva. Esto puede ser muy fácil cuando se piensa en personajes famosos, reales o de ficción, como la forma en que Bill Gates, Vicente del Bosque o el Capitán América, tomarían esa decisión. Al imaginar cómo alguien más abordaría tu problema, puedes visualizar nuevas perspectivas que te pueden ayudar, casi sin darte cuenta.

Quizás la solución más fácil sea dejar que otros tomen nuestras decisiones por nosotros. Pero esta sin duda, no es la mejor opción, aunque no faltarán voces, que se ofrezcan a darte consejos de forma permanente, máxime cuando después, no tendrán que lidiar con las consecuencias de una mala decisión por tu parte, inducida por su errónea recomendación.

 

José Miguel Hernández Hervás
Psicólogo Organizacional – Coach Ejecutivo
Colaborador del Centro de Psicología Calma al Mar, en Valencia

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8 Comments to Por qué es más fácil tomar decisiones para otros.

  1. María José G. dice:

    Es cierto que muchas veces vamos dando consejos a los demás, que en su mayoría no somos capaces de aplicar en nuestra persona, por lo que ponemos en manos de otros nuestras decisiones.

  2. Salva dice:

    Lo de hablarse a uno mismo en tercera persona, o ver como buscaría la solución un personaje al que admiras, me parece curioso y muy interesante.

  3. Sara Leon dice:

    Hay gente que no para de husmear en tu vida y te da soluciobes para todo. Y luego nunca aplican en si mismos las recetas magicas que pretenden para contigo

  4. Ana dice:

    Es cierto. Cuando pensamos en una elección para nosotros somos mucho más prudentes que cuando lo hacemos para los demás.

  5. Rubén dice:

    Es más fácil aconsejar a los demás, porque si el consejo luego no sale bien a quien se lo das, a ti no te afectará. De no ser así, no habría tanto consejero vocacional

  6. Loli Saez dice:

    Mentalidad cautelosa vs mentalidad aventurera a la hora de decidir. Para tener en cuenta. Gracias por el artículo

  7. Javier dice:

    Es verdad lo que dices es mas facil dar consejos gratuitos a los demas que aplicarnos el cuento a nosotros mismos.

  8. Reme dice:

    Que razón tienes.
    No sabes cuánto me he sentido identificada cuando leía el artículo.
    Nos ponemos a arreglar la vida de los demás, antes que la nuestra.

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