No me pasa nada … pero me pasa todo
Nada, una palabra que significa vacío, inexistencia o carencia absoluta de alguna cosa. Sin embargo, ¿cuantas veces la has utilizado para evitar decir cómo te sientes realmente? Y sí, si había alguna cosa que contar y probablemente tantas que al no saber cómo hacerlo o por dónde empezar el primer impulso fue decir NADA. Pero por qué lo decimos una y otra vez cuando los demás nos hacen alguna pregunta (¿cómo te sientes?, ¿qué ha pasado?…). ¿Conoces lo que provoca en los demás y en ti mismo? ¿Porque es esto tan importante?
Estamos hablando de la habilidad de identificar y expresar nuestras emociones. De nuestra inteligencia emocional. De la capacidad de percibir, comprender y regular nuestros sentimientos y los de los demás de manera adecuada.
¿Por qué te cuesta expresar lo que sientes?
Probablemente desde niño te hayan enseñado matemáticas, naturales, lengua, etc. tanto en el colegio como en tu entorno familiar; pero sin embargo nadie te ha enseñado a manejar las emociones que sientes.
Si alguna vez expresaste cómo te sentías a otras personas y estas te rechazaron o su respuesta fue negativa, estas malas experiencias pueden contribuir a que ahora decidas no hacerlo. Muchas veces evitamos hablar de lo que nos pasa para no volver a sentirnos rechazados o diferentes a los demás. Esto está relacionado con el miedo que puedes sentir si dices todo lo que sientes y, ¿miedo a qué? Puede ser al rechazo, al conflicto, al temor a que empeore la situación y provoque una discusión con los demás…
Debes sumar a estas sensaciones la falsa creencia de que no solucionarás nada por decirlo. Así como, el creer que los demás deben saber como te sientes sin habérselo contado y si no lo saben es porque no les preocupas. Una baja autoestima puede hacer que sientas que no tienes el derecho de expresar tu opinión o tus creencias pero no es así.
Además, todos queremos sentirnos bien, estar contentos con nosotros mismos y con nuestro entorno. Esto puede provocar que muchas veces evitemos emociones o pensamientos por miedo a no ser perfectos. Es bueno sentirse bien y querer estar así pero no hay ninguna persona que no se sienta mal alguna vez.
¿Cómo puedes expresar lo que sientes?
Para poder contar lo que sientes primero debes identificar cual es la emoción que estás experimentando en ese momento y aceptarla sin juzgarla. Recuerda que todos tenemos derecho de expresar lo que sentimos con total libertad.
Si tienes miedo a que te rechacen cuando lo expreses, debes recordar que es peor callar para estar con una persona que no te acepta que decirlo y estar con las personas correctas.
Como cualquier habilidad requiere práctica pues todos nacemos sin saber hacer nada. Las cosas se van aprendiendo, por eso practica. Puedes empezar practicando mentalmente. Visualizar los pasos que tienes que llevar a cabo para poder decirlo puede ayudarte. Te permitirá conocer el mejor modo de expresar tus sentimientos. Una vez los hayas expresado para ti puedes contarle a una persona de confianza algún sentimiento positivo que sientas o que hayas tenido. Esto te ayudará a adquirir habilidades para después poder expresar tus emociones en otras situaciones.
No debes olvidar manejar la manera en la que trasmites tus sentimientos. Es importante hacerlo de manera relajada y tranquila. Cuando acompañes tus sentimientos de algún pensamiento recuerda que siempre es mejor expresarlos desde una perspectiva subjetiva, por ejemplo: considero, en mi opinión, desde mi punto de vista…
Para conseguir que la otra persona te entienda siempre puedes explicar el porqué sientes eso o la situación que lo originó. Cualquier emoción es válida y nadie podrá discutir lo que estás sintiendo o lo que una situación te provocó.
Ponerse en la piel del otro ayuda a empatizar con la otra persona, por eso tu también puedes preguntarle como se está sintiendo con lo que le estás diciendo.
¿Por qué es tan importante expresar tus sentimientos?
Poder identificar y verbalizar tus emociones te conectará con las demás personas pero sobre todo contigo mismo. Este será el primer paso para aprender a regularlas y reducir sus consecuencias. Así como desarrollar cierta empatía con las personas de tu entorno. Además, expresarlas de manera asertiva evitará en gran medida que acabes explotando, responsabilizando a los demás o distanciándote de ellos.
Poder compartir lo que nos preocupa o lo que sentimos fortalecerá en gran medida las relaciones. Nos permite conocernos y comprendernos mejor.
No podemos olvidar que acumular tensiones o guardarlas tiene un efecto perjudicial para nuestras relaciones como para nuestra salud. Por eso, poder expresarlas nos permitirá liberarnos contribuyendo, en gran medida, a reducir el estrés y la ansiedad.
Yésica Seijo
Psicóloga
Colaboradora del Centro de Psicología Calma al Mar, en Valencia
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Gracias Yésica. Me ha gustado mucho tu artículo. Me gustaría seguir leyendo sobre este tema. Sobre todo porque tengo un niño adolescente y me gustaría trabajar con él esto porque creo que lo necesita. ¿Me recomiendas algún libro que creas que me puede resultar de utilidad?
Hola Francisca, me alegra mucho que te gustara el artículo. Hoy en día hay mucha información acerca de la inteligencia emocional por eso me resulta difícil recomendarte algo concreto para poder trabajar con tu hijo, pero si te invito a conocer los siguientes libros que, como bien dices, te servirán para conocer más sobre este tema:
-Educar con inteligencia emocional de Maurice J. Elias, Steven E. Tobias y Brian S. Friedlander.
-Inteligencia emocional de Daniel Goleman.
-Inteligencia emocional infantil y juvenil de Linda Lantieri.
-La familia, la primera escuela de las emociones de Mar Romera.
-Cómo hablar para que sus hijos le escuchen y cómo escuchar para que sus hijos le hablen de Adele Faber & Elaine Mazlish.
-Una mochila para el universo de Elsa Punset.
Hola no me pasa nada