Tratamiento de las rabietas o comportamiento agresivo en niños en Valencia
Es completamente normal que los niños sean agresivos de vez en cuando, ya que no saben como gestionar su frustración, al menos en los primeros años de vida. Estas conductas agresivas son intencionadas y tratan de causar daño, ya sea físicamente, o psicológicamente.
La agresividad es un modo de relación que si no se trata de forma temprana, a ser posible en la infancia, originará muchos problemas en la vida del futuro adulto, en forma de fracaso escolar, falta de socialización y muchas dificultades de adaptación social.
Todos hemos visto a niños pegarles a otros, u ofenderlos, burlarse de ellos, o usar palabras que no deberían. Todo esto forma parte de la agresividad infantil. Pero hay que destacar, que si esta conducta persiste y los niños son incapaces de controlar su genio, se sentirán frustrados y causarán más daño en los demás, lo que también provocará rechazo hacia ellos en los demás niños.
Los niños frustrados, son la mayor causa de agresividad infantil. La agresividad puntual puede ser normal, pero con el desarrollo normativo paulatino del niño, este debe aprender que es una conducta inadecuada, y debe aprender a controlarla y extinguirla como impulso. Son los padres los que deben poner fin a estas situaciones, enseñando autocontrol y ética sobre aquello que está bien y está mal.
¿Cómo controlamos la agresividad infantil y adolescente?
- Debemos tener cuidado con el modelado, basado en la teoría del aprendizaje social, que hacemos en nuestros hijos, ya que estos aprenden de los padres los modelos sociales. Si ellos observan modelos agresivos, los adquirirán como válidos para relacionarse y solucionar conflictos futuros. Los padres deben ser un buen modelo. Los niños se relacionarán con los demás de la misma forma que sus padres lo hacen con los demás. De esta forma, el comportamiento social que adquiere el niño, proviene, en gran medida, del modelo que observa en sus padres.
- La educación es un gran reto para los padres, que requiere mucho trabajo, pero es necesario que no se le de un doble mensaje al niño. Los padres deben mandar el mismo mensaje, sino se crea confusión en los pequeños. En muchos casos observamos en consulta, padres muy permisivos a la vez que la otra parte es muy estricta, lo que confunde al niño, y provocará que se rebele en contra de aquello que no entiende.