Tratamiento de las pesadillas en niños en Valencia

Las pesadillas infantiles son realmente comunes. Todos los adultos, incluso ahora, podemos recordar varios episodios de pesadillas, en que lo hemos pasado realmente mal. Los niños son muy susceptibles a padecerlas, a partir de los dos o tres años, y se pueden dar con mayor frecuencia que en la adolescencia, donde tienden a remitir.

El trabajo, en este caso, al igual que pasa con los terrores nocturnos, no es con los niños, sino con los padres, que tienen que acompañar a sus hijos, y darles seguridad.

¿Por qué se dan las pesadillas nocturnas?

Son la manifestación inconsciente de sentimientos, ansiedad, miedos o preocupaciones durante el sueño. Son muy vivídos, y provocan que el niño se despierte asustado, y que sobretodo, recuerde lo que ha sucedido. Esta es la principal diferencia con los terrores nocturnos, pues en estos no se recuerda nada a la mañana siguiente.

Las pesadillas se dan durante el sueño REM, la fase de los Rapid Eye Movement en inglés, o fase de los Movimientos Rápidos del Ojo en castellano, donde se producen los sueños.

 

 

 

¿Qué hacemos en consulta con los padres de hijos con pesadillas nocturnas?

Las pesadillas suscitan mucha alarma en los padres, pero la solución pasa por tratar con cariño y acompañar al niño. En este caso, al contrario de lo que se recomienda con el sonambulismo y los terrores nocturnos, se recomienda despertar al niño, y cortar el episodio, sobretodo si se aprecia que el niño está claramente afectado, aunque la mayoría de veces se despertará solo.
No debemos pedirle explicaciones, es decir, hacerle recordar, qué es lo que estaba soñando, pues lo revivirá. Lo más útil es tranquilizarlo y darle seguridad, nunca quitando importancia a lo que siente el niño al respecto.
Es muy importante que preparemos el ambiente antes de acostarle, por ejemplo, procurar que no se acueste sobreexcitado, ni ver cosas violentas en la tele o los videojuegos, ni realizar actividad física violenta. Primarán los ejercicios relajantes, contarle un cuento, ponerle luz tenue o darle un masaje relajante.

Se dota a los padres de habilidades para comunicarse con el niño sobre aquello que le preocupa, y llegar a la raíz del mal sueño. Pueden hacer sentir más seguro al niño abrazando un peluche o dejando una ligera luz encendida.

Cabe recalcar que las pesadillas aparecerán en mayor o menor medida de forma normativa, pero se puede intentar que sean más esporádicas, y sobretodo, tratar de concienciar a los padres de que es un proceso normal en el desarrollo evolutivo del niño.

Se recomienda acudir a un profesional de la psicología en cuanto se detecte esta situación, lo antes posible.