Maltrato infantil familiar
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha definido el maltrato infantil familiar de la siguiente manera:
“El maltrato infantil se define como los abusos y la desatención de que son objeto los menores de 18 años, e incluye todos los tipos de maltrato físico o psicológico, abuso sexual, desatención, negligencia y explotación comercial o de otro tipo que causen o puedan causar un daño a la salud, desarrollo o dignidad del niño, o poner en peligro su supervivencia, en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder. La exposición a la violencia de pareja también se incluye a veces entre las formas de maltrato infantil.”
Los niños no tienen la capacidad para defender los derechos que las Naciones Unidas defienden y les otorgan, por lo que tienen que confiar en que los adultos los respeten. Esto no siempre es así y, en muchas ocasiones es en el mismo seno familiar donde más son vulnerados por sus propios padres, tutores, hermanos, tíos o abuelos.
Existen tres tipos de maltrato: El prenatal, postnatal e institucional. No obstante, en este caso me voy a centrar en el maltrato postnatal dentro del ámbito familiar.
Podremos identificar que un niño está sufriendo algún tipo de maltrato porque presentará indicadores físicos y conductuales que pueden variar o ser los mismos en los diferentes tipos de maltrato. ¿Cuáles son los indicadores inmediatos?
Maltrato físico:
- Indicadores Físicos: Lesiones, moratones, fracturas, etc. en diversas fases de cicatrización o recientes. Su localización y morfología no cuadra con el relato y la causa que alegan.
- Indicadores conductuales: Comportamientos extremos y cambios repentinos como muy sumiso o muy agresivo, muy depresivo o muy hiperactivo, etc. Absentismo escolar relacionado con la aparición de lesiones y bajo rendimiento académico. Problemas de conducta (fugas, conflictos con la ley, comportamiento destructivo, etc.), baja autoestima y ocultación de lesiones con ropa fuera de temporada. Además de temor a alguien en particular y relaciones interpersonales deficientes.
Maltrato psicológico:
- Indicadores Físicos: Enfermedades psicosomáticas, afecciones de la piel como acné, dificultades en el habla (tartamudez), trastornos en la alimentación (anorexia y bulimia) y retraso en el desarrollo general (físico, psicológico y cognitivo).
- Indicadores conductuales: Comportamiento demasiado maduro para su edad (hace de padre de otros niños) o regersivo (se chupa el dedo o presenta eneuresis), extremadamente obediente a los maestros u otros adultos, problemas de aprendizaje y de conducta (fugas, ideas suicidas, autodestrucción, etc.). Presenta problemas de sueño, baja autoestima, depresión o apatía y nerviosismo.
Negligencia:
- Indicadores Físicos: Desnutrición, patrón de crecimiento deficiente, falta de atención constante y supervisión, falta de higiene, hambre, sueño y/o fatiga.
- Indicadores Conductuales: Vestimenta escasa o inadecuada, problemas con la ley, búsqueda continua de atención, problemas de conducta y absentismo escolar. Suele asumir responsabilidades de adultos. Es extremadamente complaciente y sumiso o, por el contrario, presenta conductas inmaduras, retraimiento y agresividad.
Abuso sexual:
- Indicadores Físicos: Dolor, picazón, molestias, marcas, dificultad para andar y sentarse, heridas o sangrados en la zona genital y anal. La ropa interior rasgada, manchada o ensangrentada. Enfermedades de transmisión sexual, psicosomáticas e infecciones urinarias.
- Indicadores Conductuales: Resistencia a regresar a casa, problemas en las relaciones sociales, problemas de sueño, de conducta, baja repentina del rendimiento escolar, intentos de suicidio, conductas regresivas. Resistencia a desnudarse delante de alguien y rechazo repentino a su cuidador, padres o tutores. Pérdida de apetito, eneuresis o encopresis. Presentará confusión sobre la orientación sexual y sus conductas sexuales no irán acorde con su edad. También, veremos cambios repentinos de comportamiento y llantos frecuentes.
Las consecuencias que tiene sobre el menor puede conllevar un daño físico y psicológico, dependiendo de factores como la duración y el tipo de maltrato, la intensidad, la edad del niño, las características, la frecuencia, las figuras de apoyo, etc. Las principales consecuencias a corto y largo plazo son:
- Psicológicas: Consecuencias emocionales (apego inseguro, baja autoestima, dificultad para gestionar las emociones, impulsividad, etc.), cognitivas (atribución de hostilidad en los demás, cambios en el almacenamiento y procesamiento de la memoria ocultando malos recuerdos, etc.) y conductuales (aislamiento, conducta violenta, eneuresis, conductas sexuales inapropiadas y conductas antisociales). Llegan a ser adultos con depresión y trastorno de estrés postraumático, con dificultad para resolver problemas.
- Físicas: Alteraciones neurológicas generando una deficiencia en el desarrollo cognitivo y del lenguaje, por estar sometido a estresores. Además de contusiones, fracturas, laceraciones, etc.
- Otras: Un alto porcentaje de los niños maltratados serán adultos maltratadores.
Además de estos tipos de maltrato existen otros como la explotación laboral, la mendicidad, explotación sexual, la corrupción y el síndrome de Münchausen por poderes. Pendientes de explicar y profundizar en futuras publicaciones, ya que nos encontramos ante un tema importante y extenso.
Para concluir, no debemos olvidar que la denuncia de los malos tratos es una obligación ciudadana y que los menores no son propiedad privada de sus padres. Hay que acudir al centro de salud más cercano o a una delegación de bienestar social. Se deberá preguntar por el área o departamento de menores o por los servicios de atención a la infancia.
Noelia Rodríguez. Psicóloga Jurídica y Perito forense.
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Excelente trabajo, es importante este tipo de información, ya que aún no hay la suficiente sensibilidad de muchos padres que flagelan física y psicológica a los niños. Un Abrazo!
Gracias José Miguel, un saludo!