Los beneficios de practicar la resiliencia
Seguramente, durante tu vida te has enfrentado o te vas a enfrentar a retos o situaciones en diferentes aspectos de tu vida, ya sea a nivel más personal, laboral o social. Algunas veces puede que falles, o que creas que lo podrías haber hecho mejor o de otra manera. La capacidad de adaptarse y recuperarse frente a la adversidad y salir más reforzado la llamamos resiliencia.
Las personas resilientes no son inmunes al dolor o al estrés, sino que tienen un conjunto de recursos y habilidades para manejarlo de manera efectiva. Entre las características de una persona resiliente están la flexibilidad, la capacidad de mantenerse optimista y una mentalidad de aprendizaje.
La investigación psicológica sugiere que, aunque algunas personas pueden tener una predisposición a la resiliencia, esta habilidad puede desarrollarse a través de la práctica y la experiencia. De hecho, muchos programas de intervención en salud mental se enfocan en fortalecer la resiliencia, enseñando a las personas a afrontar el estrés, resolver problemas y manejar las emociones.
La práctica de la resiliencia puede traerte grandes beneficios para tu salud mental y tu bienestar general. Mejora la capacidad de adaptación a momentos difíciles y potencia la habilidad de enfrentarse a los cambios, por ejemplo, a nivel familiar o laboral. Tus relaciones sociales mejorarán y se verán fortalecidas, ya que la resiliencia fomenta la comunicación y la empatía. La resiliencia te permitirá reflexionar y encontrar sentido en las experiencias difíciles, ayudándote a ver las adversidades como oportunidades de crecimiento. La resiliencia es importante para hacernos ver que nuestros avances y logros son gracias a nuestro esfuerzo y capacidad de superación, por lo que nuestra autoestima y autoconfianza se ve reforzada.
El aprendizaje de la resiliencia se puede trabajar a través de diferentes estrategias:
- Construcción de una red de apoyo social: Las conexiones con familiares, amigos y compañeros de trabajo pueden proporcionar apoyo emocional y práctico en momentos difíciles.
- Práctica de la autocompasión: Aceptar y entender que todos tenemos limitaciones, sin criticarse, ayuda a enfrentar la adversidad con una perspectiva más positiva.
- Fomento de una mentalidad de crecimiento: La creencia de que se puede aprender y mejorar a partir de los desafíos fortalece la resiliencia.
- Mindfulness y manejo del estrés: Técnicas como la meditación y el mindfulness pueden ayudar a las personas a mantenerse enfocadas y calmadas bajo presión.
Ángel Domínguez, psicólogo colaborador del equipo de Calma Al Mar y la Asociación Española de Psicología Sanitaria AEPSIS.
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