La importancia del apego en la infancia

Si tienes hijos quizás te hayas preguntado qué es el apego, y por qué tiene tanta repercusión en la etapa de la infancia. Pues bien, el apego es el vínculo afectivo que el niño establece con una o varias personas del núcleo familiar. John Bowlby (1907), en la teoría del apego, manifiesta que es esencial que los cuidadores establezcan unas relaciones de afecto y cuidado de manera continuada, pues dicha relación tiene repercusiones en el desarrollo cognitivo, social y emocional.

El apego se puede generar según como el cuidador principal se relacione con el niño. Este vínculo se inicial en la infancia y continúa a lo largo de la vida. Los problemas de salud mental y del comportamiento que puedan tener lugar en la etapa adulta, se pueden atribuir a la formación del estilo de apego.

Mary Ainsworth (1970) estableció tres tipos de apego en función de la relación que el cuidador principal establecía con el niño:

Apego seguro

Vínculo afectivo que se establece cuando el cuidador se muestra atento y satisface las necesidades que tenga el niño en cualquier momento. El cuidador se muestra sensible y empático, y las muestras de cariño y afecto son claras por parte del cuidador.

Este tipo de apego genera que el niño adquiera mayor seguridad y confianza, así como una mejor autoestima y mayor facilidad para gestionar sus propias emociones. Es probable que, en la vida adulta, el niño establezca este tipo de relaciones, pues son más saludables para interaccionar con sus semejantes.

Apego inseguro-ambivalente

El cuidador principal atiende a las necesidades del niño de forma ocasional e impredecible, siendo poco receptivo a las necesidades del niño. El vínculo que se establece es inestable, y genera comportamientos de ansiedad e inseguridad, pues el niño no se siente ni protegido ni querido.

Este estilo de apego en la etapa adulta, dará lugar a adultos desconfiados y preocupados ante cualquier relación social que mantengan, tendrán miedo a ser rechazados por sus semejantes o figuras de referencia. Este estilo de apego está estrechamente relacionado con la dependencia emocional.

Apego inseguro-evitativo

La relación del cuidador principal con el niño es fría y distante, rechazando cualquier tipo de contacto con el niño. Éste, por su parte, no busca la seguridad del cuidador, por lo que su presencia le es indiferente y no muestra indicios ansiedad. Esta situación se produce cuando el cuidador no se muestra sensible ante las necesidades del niño, y no le proporciona el afecto y la protección que requiere.

Un apego evitativo puede dar lugar a un adulto distante e independiente y con poca inteligencia emocional, ya que tienden a suprimir sus emociones ante otras personas.

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Tras años de investigación, Margaret Mahler (1986) descubrió otra categoría que conformaba los estilos de apego:

Apego inseguro-desorganizado

Este estilo de apego se caracteriza por niños que carecen de un patrón coherente de comportamiento; pueden mostrar conductas de apego muy fuerte, y poco después, realizar conductas de enfado o evitación. Este patrón de comportamiento se debe a cuidadores cuyas estrategias de cuidado son incoherentes ante las necesidades que precisa el niño en todo momento.

Como consecuencia de esta situación, el niño tiene una visión desorganizada del mundo, y es por ello que lleva a cabo conductas que pueden resultar extrañas y contradictorias. Estas conductas las lleva a cabo como consecuencia de la ansiedad y la inseguridad que es incapaz de gestionar. Los niños con este estilo de apego tienen dificultad en la regulación emocional y en establecer relaciones sociales. Este estilo de apego está estrechamente relacionado con el desarrollo de psicopatologías.

Si te ha gustado la información acerca del apego y te gustaría profundizar mucho más, te dejo a continuación unos vídeos que pueden resultarte de utilidad.