La disociación
La disociación puede describirse como una desconexión temporal entre aspectos de la cognición, la identidad o la conciencia. Es como si la mente creara compartimentos estancos para enfrentar experiencias que de otro modo podrían resultar abrumadoras. Esta desconexión puede manifestarse de diversas maneras, desde una sensación de estar desconectado del entorno hasta la pérdida de la continuidad en la propia identidad.
La disociación no se experimenta de la misma manera para todas las personas. Para algunos, puede ser una experiencia cotidiana leve, como perderse en pensamientos mientras se conduce. Sin embargo, para otros, puede ser más extrema, dando lugar a trastornos disociativos, como el Trastorno de Identidad Disociativo (TID), antes conocido como trastorno de personalidad múltiple.
Tipos de disociación
1. Desrealización: Se caracteriza por una sensación de extrañeza o irrealidad con respecto al entorno. La persona puede sentir que el mundo a su alrededor no es real o que está desconectada de él.
2. Despersonalización: Implica una desconexión con la propia identidad o cuerpo. La persona puede sentir que está observando sus acciones desde fuera o que su cuerpo no le pertenece.
3. Amnesia Disociativa: Las lagunas de memoria, donde la persona no puede recordar información personal importante, eventos o períodos de tiempo, son también manifestaciones de la disociación.
4. Cambios en la Identidad: En casos más severos, la disociación puede llevar a cambios en la identidad, donde diferentes «personalidades» o estados mentales emergen en momentos específicos.
Causas de la Disociación
1. Trauma y Estrés: Una de las principales causas de la disociación es el trauma, especialmente aquel experimentado en la infancia. El cerebro, al enfrentar eventos traumáticos, puede activar mecanismos disociativos para protegerse.
2. Trastornos Mentales: La disociación está vinculada a diversos trastornos mentales, como el trastorno de estrés postraumático (TEPT), trastornos de ansiedad y trastornos disociativos.
3. Factores Neurobiológicos: Investigaciones sugieren que factores neurobiológicos, como cambios en la conectividad cerebral, podrían contribuir a la predisposición hacia la disociación.
Enfoques Terapéuticos
1. Terapia Cognitivo-Conductual (TCC): La TCC se centra en identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento disfuncionales asociados con la disociación.
2. Terapia de Exposición: Exponer gradualmente al individuo a recuerdos o situaciones traumáticas puede ayudar a procesar y reducir la intensidad de la disociación.
3. Integración de la Identidad: En casos de TID, la terapia busca la integración de las diferentes identidades para lograr una personalidad más cohesionada.
4. Mindfulness y Terapia de Aceptación y Compromiso: Estas terapias se centran en desarrollar la conciencia plena del momento presente y aceptar experiencias sin juicio.
Un saludo, Cecilia. F.
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