¿Jugamos?
El juego es una de las actividades más antiguas de nuestra sociedad. Con el tiempo cambia pues no podemos comparar los juegos de nuestros abuelos con la playstation, la game boy o las tablets y móviles que acompañan a los niños de hoy en día. A pesar de que sufre pequeños cambios persiste y de una manera u otra está presente en todos los hogares en algún momento. Es por ello que probablemente nunca te pararas a pensar cual es la función que desempaña para nosotros y para nuestra sociedad.
Es frecuente asociar el juego con una actividad recreativa física o mental. Suele estar regida por unas normas y ser llevada a cabo por dos o más personas. Su principal objetivo es divertirse o entretenerse pero además desempeña un papel importante a nivel educativo.
Importancia de jugar
Todos los seres vivos jugamos, incluso los animales. La práctica te ayuda a aprender maneras de socializar y adquirir habilidades necesarias para la supervivencia. Practicar juegos ayuda a comprender normas, aprender a socializar, a negociar…aunque a menudo solo lo asociemos a simple entretenimiento.
Entre los beneficios que aporta el juego podemos destacar:
- Proporciona diversión, alegría, placer y satisfacción.
- Permite conocerse a uno mismo y al entorno.
- Potencia la imaginación.
- Ayuda a expresar emociones, sentimientos y opiniones. Sirviendo de ejemplo para poder manifestar también los miedos, problemas y preocupaciones.
- Permite aprender porque estimula la curiosidad.
- Ayuda a interiorizar normas y pautas de comportamiento social de manera divertida.
- Favorece la adquisición de autonomía y confianza en uno mismo.
Por todo esto podemos decir que el juego ayuda a potenciar el desarrollo psicomotor, cognitivo y afectivo-emocional.
A menudo nos encontramos con estudios que hablan acerca de la importancia del juego sobre todo en los niños. En los medios de comunicación tampoco es un tema desconocido. Con frecuencia es muy recurrido en determinadas fechas como pueden ser las navidades. Tanto es así, que probablemente ya conozcas cuales son óptimos para una determinada edad y cuales más apropiados para una posterior. Sin embargo, a pesar de lo mucho que se habla del juego o de la multitud de juegos que nos intentan vender pocas veces lo vemos asociado al papel educativo que desarrolla. Es necesario dar a conocer los estudios que nos hablan de sus beneficios así como de la importancia de enseñar a través del juego.
¿Tus hijos tienen tiempo para jugar?
Se suele pensar que los niños no tienen nada que hacer o que tienen todo el tiempo del mundo para hacer lo que quieren. ¿Cuantas veces no lo has pensado? Pero si te has parado a observar la vida de un niño detenidamente probablemente ya te hayas dado cuenta que esto está muy lejos de ser así. Estamos hablando de su día a día. De las largas horas que pasan en el colegio, del tiempo que dedican a hacer los deberes o cualquier actividad escolar, de las actividades extraescolares, etc. Probablemente haya días en los que no tengan tiempo para ellos mismos y mucho menos para jugar.
Seguro que esto te suena más a la vida de los adultos, el andar de un lado para otro, el no tener tiempo… pero lo cierto es que la vida de los niños no es muy distinta. Los niños también tienen obligaciones y estas pueden ocasionarles las mismas consecuencias que a ti tus tareas cotidianas. Por ejemplo: estrés, ansiedad, preocupación, insomnio…Por eso es importante que no le restes importancia a sus emociones o preocupaciones. Una mejor opción es cambiar de estrategia:
- Anímate a conocer que es lo que origina sus emociones y ayúdale a sobrellevarlo mejor.
- Dile como manejas tú las exigencias del día a día.
- Aprended juntos a sacar tiempo para vosotros: tiempo para jugar, para hablar, para conoceros mejor…
- Utiliza el juego a vuestro favor. Dedica unos 10 o 30 minutos cada día a jugar. Es importante que le des la misma importancia que cualquier otra obligación que tengas. Si decides dedicarle tiempo estarás invirtiendo no solo en la diversión de tu hijo sino también en la tuya.
- Permítete conocerte mejor y déjate llevar por la imaginación.
¿Jugar es cosa de niños?
En la mayoría de las veces el juego aparece asociado a los niños. Quedando delegado a un segundo plano en el caso de los adultos. Por ejemplo si tienen niños pequeños y juegan con ellos o cuando su actividad profesional implica pasar tiempo con niños. Sin embargo no tenemos tan presente el juego de los adultos.
Conforme uno va creciendo va dedicando su tiempo a otras tareas. Olvidamos que jugar nos hace sentir bien y nos aparta de las preocupaciones que tanto nos acompañan en nuestro día a día. Pero lo cierto es que no hay mejor método para combatir el estrés cotidiano que la espontaneidad del juego. Implicarse en una actividad que nos gusta, que nos provoca risa y placer. Por eso es importante que dejemos de asociar el juego a los niños, que busquemos tiempo para jugar con ellos pero también con nosotros mismos y sobre todo que nos divirtamos, sin importarnos tanto la edad que tengamos.
Yésica Seijo
Psicóloga
Colaboradora del Centro de Psicología Calma al Mar, en Valencia
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