¿Estás sufriendo acoso laboral? Así puedes reconocerlo y actuar

El acoso laboral, también conocido como mobbing, es una situación en la que un trabajador o trabajadora es acosado de forma continua y reiterada. Esta conducta, que puede incluir el abuso de autoridad, el trato vejatorio y el menosprecio, afecta tanto a la salud psicológica y física de la víctima como a su desempeño en el trabajo. Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en 2019, uno de cada cinco trabajadores experimentó acoso en su lugar de trabajo a nivel mundial, lo que subraya la magnitud de este problema.

El acoso laboral es un fenómeno complejo, influenciado por factores sociales, económicos, organizativos y culturales, que altera profundamente la vida personal, social y profesional de la víctima. Además, sus efectos pueden perdurar a lo largo del tiempo, dejando secuelas psicológicas que pueden afectar a la persona durante años. Por ello, resulta crucial comprender los distintos tipos de acoso laboral para poder identificarlos adecuadamente y actuar de manera eficaz.

¿Qué tipos de acoso existen?

Existen diversas maneras de clasificar el acoso laboral, según la jerarquía organizacional o la motivación del acosador.

Según la jerarquía:

  • Acoso horizontal: cuando el acosador y la víctima se encuentran en el mismo nivel jerárquico.
  • Acoso vertical: que puede ser ascendente (cuando un subordinado hostiga a un superior) o descendente (cuando un superior acosa a un subordinado).
  • Acoso mixto: cuando participan tanto superiores como compañeros en el hostigamiento.

Según la motivación o el objetivo del acosador:

  • Acoso estratégico: cuando el objetivo es obtener un beneficio para la empresa o para una persona, como por ejemplo, forzar la renuncia de un empleado para evitar el pago de compensaciones.
  • Acoso de dirección: cuando un superior intenta eliminar o anular a un trabajador que no cumple con sus expectativas.
  • Acoso perverso: cuando el acosador actúa movido por sus propias necesidades personales de manipulación o venganza.
  • Acoso disciplinario: cuando el acosador busca que la víctima se someta a su voluntad o cambie su conducta.
  • Acoso discriminatorio: cuando la persona es hostigada por razones de edad, sexo, apariencia física, creencias religiosas, ideología política, condición sexual, etc.

¿Cuál suele ser el perfil del acosador y de la víctima?

Por parte del acosador, este ejerce violencia psicológica y hostilidad de manera sistemática, con la intención de dominar y controlar a la víctima. Suele mostrar un comportamiento autoritario y manipulador, utilizando técnicas como la invasión del espacio personal o la manipulación emocional. El acosador puede justificar sus acciones por diversas razones, como el deseo de que la víctima se ajuste a los estándares sociales, por una enemistad personal o incluso por aburrimiento, pero ninguna de estas justifica su comportamiento.

Por parte de la víctima, no hay un perfil característico; sin embargo, la baja autoestima y la percepción de incapacidad suelen ser comunes. Estas personas suelen experimentar un proceso gradual de deterioro emocional, con sentimientos de culpabilidad y vergüenza al pensar que podrían haber hecho algo para evitar la situación. Además, también pueden minimizar el problema o resignarse, esperando que la situación mejore por sí misma.

¿Cuáles son las fases del acoso laboral?

El acoso laboral suele desarrollarse en varias fases, que van aumentando paulatinamente sin que la víctima se dé cuenta del alcance real de la situación.

  • Fase inicial de seducción e incidentes críticos: hay una relación ambivalente caracterizada por momentos de cordialidad y conflictos menores. En esta fase, la víctima puede pensar que los problemas son malentendidos o situaciones aisladas y no darle la importancia que es necesaria.
  • Fase de acoso y estigmatización: la víctima se convierte en el blanco de las agresiones y se la comienza a señalar como alguien merecedora de estas agresiones. El acosador crea una narrativa para intentar justificar el acoso, como la raza, el no tener suficientes habilidades o los errores cometidos, entre otros.
  • Fase de intervención organizacional: en organizaciones con culturas laborales tóxicas, las víctimas de acoso no pueden recibir apoyo y se perpetúan las dinámicas abusivas. Sin embargo, hay otras empresas en las que sí se adoptan medidas correctivas, como investigaciones rigurosas y alternativas para resolver el conflicto.
  • Fase de exclusión o marginación: si el acoso persiste, la víctima puede experimentar un aislamiento social progresivo, lo que aumenta la sensación de culpabilidad y agrava su impacto emocional.

¿Cuáles son las consecuencias del acoso?

Un trabajador sometido a acoso laboral no puede desempeñar su trabajo de manera adecuada. Entre las repercusiones laborales más habituales se encuentran la disminución de la creatividad y la calidad del trabajo, el incremento en el riesgo de accidentes laborales y una mayor tasa de absentismo. En cuanto a las consecuencias sociales y familiares, suelen observarse un deterioro de las relaciones personales, una pérdida generalizada de interés, disminución de la esperanza en el futuro, así como un aumento en la agresividad e irritabilidad de la persona afectada. Aparte, aumenta la probabilidad de padecer trastornos de ansiedad, sueño, depresivos y psicosomáticos, entre otros.

¿Cómo reconocer un ambiente laboral tóxico?

El acoso laboral se puede identificar por diversos factores, uno de ellos es el ambiente laboral tóxico, que se caracteriza por:

  • Falta de liderazgo efectivo.
  • No hay normas claras y las expectativas de trabajo son poco claras o injustas.
  • Poco apoyo organizacional.
  • Hay favoritismos.
  • Comunicación negativa y pasivo-agresiva.
  • Condiciones de trabajo abusivas.
  • Faltas de respeto habituales.
  • Ausencia de desarrollo profesional.

¿Cómo actuar ante el acoso laboral?

Por parte de la empresa, es necesario realizar evaluaciones periódicas de los factores de riesgo y promover medidas preventivas, como políticas claras, canales seguros de denuncia y un entorno inclusivo.

Por parte de la víctima o los compañeros testigos, es fundamental que no se normalice ni se conforme con la situación. La falta de intervención o minimización del problema solo perpetuará el abuso.

En conclusión, el acoso laboral es un grave problema que afecta no solo a las víctimas, sino a la organización en su conjunto. Por ello, es vital concienciar a todos los involucrados para identificarlo y prevenirlo. La intervención temprana y la promoción de una cultura organizacional de respeto y apoyo son claves esenciales para prevenir el acoso laboral.

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