El impacto de las creencias en nuestra percepción: cómo nuestras creencias nos definen

Las creencias son afirmaciones que consideramos como verdaderas y nos afectan de forma evidente a la percepción de nosotros mismos, de los demás y/o de nuestro entorno. Nos afectan porque tienen un alto contenido emocional que nos predispone a actuar de forma congruente con ellas. Es decir, funcionan como un marco de referencia interna que guía nuestros pensamientos y comportamientos, como si tuviéramos una lente a través de la cual interpretamos y damos sentido a determinadas experiencias.

¿Cómo se construyen? 

Las creencias se construyen en base a experiencias personales, a lo que aprendemos desde pequeñitos en casa y a la influencia de la sociedad. A lo largo de la vida vamos creando una representación interna de la realidad que nos ayudan a dar significado y entender mejor el mundo que nos rodea. Es una forma que tiene nuestro cerebro de crear unas “normas” que nos ayudan a sobrevivir en el entorno.

En muchas ocasiones, no somos conscientes de estas creencias porque están muy interiorizadas en nuestro ser y se refuerzan mediante un círculo vicioso en el que:

  1. Percibimos la realidad de forma distorsionada (creencia)
  2. Dicha creencia nos genera una alteración emocional
  3. Actuamos acorde a dicha creencia y alteración emocional
  4. Como actuamos acorde, reforzamos la creencia en esa situación y situaciones similares

Además, nuestra mente elimina o no tiene en cuenta aquellas experiencias que no están acorde, es decir, pasa por alto todo aquello que puede contradecir la creencia.

¿Todas las creencias con malas? 

No, podemos distinguir entre creencias limitantes y potenciadoras.

Las limitantes nos restan energía y nos alteran emocionalmente, nos dejan con menos probabilidad de afrontar de forma óptima determinadas situaciones y problemáticas del día a día.

Ejemplos de creencias limitantes:

  • Sobre uno mismo
    • «No soy suficiente.»
    • «No merezco ser feliz.»
    • «Siempre fracaso en todo lo que intento.»
    • «No soy inteligente/talentos@/creativ@.»
    • «No puedo cambiar, siempre he sido así.»
  • Sobre el amor y las relaciones
    • «Nadie me amará tal y como soy.»
    • «Todas las parejas terminan mal.»
    • «Siempre me abandonan.»
    • «No soy lo suficientemente atractiv@ para gustar a alguien.»
    • «Si muestro mis emociones, me van a rechazar.»
  • Sobre el tiempo y las oportunidades:
    • «No tengo tiempo suficiente para nada.»
    • «Ya es demasiado tarde para mí.»
    • «Hay que esperar el momento perfecto para actuar.»
    • «No puedo empezar algo nuevo mientras no tenga todas las respuestas.»
    • «Las oportunidades nunca se presentan para mí.»
    • «No soy capaz de gestionar tantas responsabilidades.»
  • Sobre los demás y el mundo:
    • «No se puede confiar en nadie.»
    • «La gente siempre quiere aprovecharse de los demás.»
    • «El mundo está lleno de maldad.»
    • «Las cosas siempre van de mal en peor.»
    • «Nadie entiende por lo que estoy pasando.»
    • «Si pido ayuda, pareceré débil.»
  • Sobre la vida en general:
    • «La vida es una lucha constante.»
    • «Nada bueno dura para siempre.»
    • «Si algo parece demasiado bueno para ser verdad, seguramente lo sea.»
    • «El cambio siempre trae problemas.»
    • «La felicidad solo está disponible para unos pocos afortunados.»
    • «Si soy feliz, algo malo me sucederá después.»

¿Te sientes identificad@ con alguna creencia?

El otro tipo de creencias que existen son las potenciadoras, que aumentan la confianza en nosotros mismo y en nuestras capacidades y nos permiten afrontar adecuadamente situaciones o retos difíciles. Por ejemplo:

  • Sobre uno mismo
    • “Soy capaz de aprender cualquier cosa que me proponga”
    • “Valgo por lo que soy, no por lo que hago o tengo”
    • «Soy suficiente tal y como soy.»
    • «Puedo superar cualquier obstáculo con esfuerzo y paciencia.»
    • «Mis errores son oportunidades para crecer y mejorar.»
    • «Merezco amor, felicidad y éxito.»
    • «Soy único y tengo algo especial que ofrecer al mundo.»
  • Sobre el amor y las relaciones
    • «Merezco relaciones saludables y amorosas.»
    • «Puedo ser vulnerable y aun así ser amado.»
    • «Las personas que me rodean me valoran y me aceptan.»
    • «La comunicación abierta y honesta fortalece mis relaciones.»
    • «Estoy rodeado de personas que me apoyan y me inspiran.»
  • Sobre el tiempo y las oportunidades
    • «Siempre hay tiempo para lo que es importante para mí.»
    • «El momento perfecto para empezar es ahora.»
    • «Cada día me brinda nuevas oportunidades.»
    • «Siempre puedo organizarme mejor y lograr lo que quiero.»
    • «Nunca es tarde para perseguir mis sueños.»
    • «Tengo todo el tiempo que necesito para alcanzar mis objetivos.»
    • «El presente es el único momento que importa, y estoy aquí para aprovecharlo.»
  • Sobre los demás y el mundo
    • «Las personas pueden ser generosas y solidarias.»
    • «El mundo está lleno de posibilidades para crecer y prosperar.»
    • «Puedo aprender algo valioso de cada persona que conozco.»
    • «La vida es un equilibrio entre dar y recibir.»
    • «Confío en que el universo conspira a mi favor.»
    • «Siempre hay algo bueno por descubrir en cualquier situación.»
    • «Cuando ayudo a otros, también me ayudo a mí mismo.»

¿Y cómo se puede trabajar en las creencias? 

Las creencias son la parte pasiva y los pensamientos son la parte activa, por lo tanto, para trabajar en las creencias es necesario intervenir en los pensamientos, ya que estos son los encargados de moldear, cuestionar y eventualmente transformar las creencias subyacentes. 

Paso 1: Identificar la creencia limitante 

Reflexiona sobre los pensamientos más recurrentes y pregúntate qué idea o creencia está detrás de ello. Por ejemplo, si constantemente evitas tomar riesgos, podrías identificar la creencia “Si fracaso, todos me juzgarán”.

Paso 2: Cuestionamiento de la creencia 

¿Es 100% cierta? ¿Qué evidencia tengo para apoyarla? ¿Me ayuda o me causa sufrimiento?

También puedes buscar su origen para entender por qué la tienes, en muchas ocasiones tenemos creencias limitantes porque personas externas nos las han impuesto mediante mensajes o por la sociedad. Reconocer su origen puede ayudarte a tomar distancia.

Paso 3: Reformulación consciente 

Reemplaza la creencia limitante por una más funcional y realista. Practica pensamientos y conductas que refuercen esta creencia. Al principio puede sentirse forzado, pero con el tiempo, el cerebro comienza a aceptarlos como reales.

La calve está en la repetición y consistencia. Las creencias limitantes se forman a lo largo del tiempo, por lo que transformar una creencia requiere práctica y repetición

Si buscas profundizar en el mundo de la psicología, los cursos ofrecidos por AEPSIS son una excelente opción. Para más información y para inscribirte, visita www.aepsis.com/cursos.

Comparte en: Facebookredditpinterestlinkedinmail

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *