Cuando los pensamientos te colapsan y te desconectan de la realidad
¿Alguna vez has sentido parálisis por culpa de tus pensamientos?
Son muchas las personas que no pueden tener un comportamiento adaptado a las circunstancias que las rodean porque los pensamientos las colapsan.
Silvia iba caminando conmigo por una larga y estrecha pasarela de madera que había junto a la playa. Aunque la tarde era magnífica, estábamos prácticamente solos durante ese paseo, y en rara ocasión teníamos que detenernos en uno de los bordes para dejar pasar con comodidad a alguna persona con la que nos cruzábamos. Estábamos sumidos en una agradable conversación, llena de simpáticas historias mezcladas con bromas que nos hacían sonreír a los dos.
De repente, en medio de una de esas historias, Silvia se quedó clavada en uno de los bordes de la pasarela, como si sus piernas no avanzasen, y con la mirada fija en un punto del camino. Justo en ese punto caminaba hacia nosotros un hombre acompañado con un hermoso perro blanco de mediana estatura, que saltaba de forma amistosa junto a su dueño.
Silvia tenía fobia a los perros. No había forma de huir hacia los lados, pero tampoco podía avanzar. Estaba presa de un pánico que la inmovilizaba, y que se hacía más grande conforme el animal avanzaba. Cuando pasó junto a nosotros, Silvia hasta detuvo la respiración, sin apartar la vista del animal.
–No hace nada. –le dijo el dueño sin obtener respuesta por parte de ella.
Y no fue hasta que el animal nos superó y se alejó hasta cuando Silvia recuperó su respiración y el control de su pensamiento.
Hay muchas personas como Silvia, que ante una fobia se sienten totalmente petrificadas, bloqueadas, inmóviles. En algunos casos el miedo les lleva a rechazar cualquier situación que tenga que ver con su miedo.
Cuando le dije a mi otra amigo Rodrigo que me iba de vacaciones a Galicia me dijo que no conocía mi tierra natal. Que le encantaría venirse, pero que eran 10 horas de carretera y se le hacía muy largo. Cuando le sugerí que viniese en avión que le iba a resultar más corto e incluso más barato me comentó que el avión le daba pánico. Había volado alguna vez, pero experimentando un sufrimiento tan alto que no quería volver a pasar por ello. Así que tenía que renunciar a viajar a un montón de sitios que le encantaría conocer.
Son solo dos ejemplos en los que vemos cómo las personas o se paralizan o se ven incapacitadas para pasar por determinadas situaciones. En todas ellas, no son hechos objetivos los que les lleva a evitar pasar por ello. No van a sufrir un daño. Es solo que se sienten presas del pánico.
Podríamos poner cientos de ejemplos de elementos que generan fobias. Las más habituales son a determinados animales, a situaciones sociales como hablar en público, a sentirse evaluado como en exámenes o en entrevistas de trabajo, a fenómenos atmosféricos como las tormentas eléctricas, la lluvia o el granizo y también hay mucha gente que se siente paralizada e inmóvil ante sus propios pensamientos. Por ejemplo, hay gente que tiene una fobia muy alta a pensar en la muerte, en el más allá, en la inmensidad del universo, en que sus padres puedan enfermar o que sus hijos mueran de repente. Estos miedos intensos a veces se llegan a volver obsesivos y el cerebro se pasa horas cada día en una lucha por librarse de ellos.
En todas estas ocasiones es el propio pensamiento el que atormenta a las personas, el responsable de su sufrimiento.
El pensamiento atormenta a las personas con fobias
La mayor parte de las personas con esta fobia eligen una solución inadecuada que convierte el problema en perpetuo. Es como si quisiesen librarse de eso y el propio impulso de escapar es lo que les sume más hacia adentro en el problema.
Si tus miedos te atrapan busca ayuda profesional. La propia mente no te muestra el camino para dejar atrás esos miedos, porque no tiene acceso al camino para librarse de ellos, debido a que esas dos cosas: el miedo y la planificación, se procesan en lugares muy diferentes del cerebro. La planificación está en tu neocórtex, la parte más externa del cerebro. En esa parte reflexionas, agrupas y analizas información y tomas decisiones. Con el neocórtex analizas qué te pasas y trazas un camino que te lleva a una solución. Tu fobia no se procesa en el neocórtex, se conecta con zonas más profundas del cerebro, accesibles solamente con otros métodos de trabajo psicológico.
Tu fobia la manejan las partes más internas del cerebro a las que se acceden con esos métodos. Esa parte más profunda se conoce como cerebro reptiliano, en donde están los ganglios basales, el tronco del encéfalo y el cerebelo. Estas partes son las responsables del mantenimiento de las funciones corporales y la supervivencia inmediata. Tu fobia se ve mediada también por el segundo cerebro, el cerebro mamífero o cerebro límbico, responsable de tus emociones. En el sistema límbico está la amígdala cerebral. Es una de las estructuras más asociadas con las fobias y en ella se realizan conexiones entre los estímulos temidos y el contexto que los acompaña, y la respuesta emocional de miedo intenso que lleva a las respuestas de huida, evitación o petrificación.
En Calma Al Mar centro de psicología tratamos todos los días a personas con miedos, fobias, obsesiones y otros problemas vinculados con la parálisis provocada por los pensamientos.
Fernando Pena Vivero
Psicólogo en Calma Al Mar Centro de Psicología
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