Autismo: No vemos las cosas como son, sino como somos nosotros
Quizás este título y el contenido del artículo te sorprendan. Pero dale una oportunidad al texto y, al final de él, me gustaría que dedicases unos minutos a encontrarle la relación y si te animas, coméntala.
Ahora sí, comenzamos:
Me parece interesante dedicar este espacio a un trastorno tan interesante -desde mi punto de vista- como lo es el autismo. Alrededor del trastorno del espectro autista hay muchos mitos y creencias erróneas. Si no conoces mucho sobre este trastorno, quizás habrás escuchado que las personas con autismo no sienten emociones, sin embargo –y aquí está la intención del artículo-, como afirma Hilde De Clercq (directora Centre de Formación Opleidingscentrum Autisme en Amberes y madre de un niño con autismo):
“sabemos que las tienen, y que las emociones, en realidad, desempeñan un papel muy importante en su vida. El problema es que no siempre saben expresarlas. Y cuando lo consiguen lo hacen de una manera peculiar”
Como sabes, la comunicación de sentimientos implica que alguien quiere dejarlos en claro a otra persona, es una cuestión de reciprocidad; es decir, hay una intención comunicativa, algo que en algunos casos de autismo está ausente, que es diferente a no sentirlos. No obstante, un niño o un adulto con autismo puede expresar algunos de sus propios sentimientos, pero esto no significa que suceda lo mismo respecto a entender esos sentimientos en otras personas. Alguien con trastorno del espectro autista puede aprender a comprender y expresar las emociones, pero dista mucho de ser una tarea fácil para ellos.
Para que puedas tener un conocimiento más específico, te comento algunas de las características de este trastorno relacionadas con las emociones:
Conceptualización: Las personas con autismo no siempre tienen un concepto de emoción, no hay ningún prototipo de una emoción determinada. Existen las emociones universales, pero aun así la manera de describirlas no es uniforme; por ejemplo: la emoción del miedo no es descrita igual por dos personas distintas.
Generalización: No conectan siempre el nombre de una emoción con el mismo sentimiento en un rostro.
Procesamiento lento de la información: Necesitan mucho tiempo para procesar la información, la cara del otro cambia mientras ellos aún están pensando en el primer gesto.
Monoprocesamiento de la información: La emoción se muestra a través de varios canales como la cara, la postura, las manos…etc. para las personas con autismo es difícil procesar todo eso al mismo tiempo.
Contexto: Una emoción tiene que ver con el contexto y las personas con autismo tienen problemas para establecer las conexiones entre contexto y emoción.
Espero que te haya gustado esta pequeña síntesis del autismo y las emociones, te invito a conocer más sobre el alucinante mundo de este trastorno, aquí os dejo otro artículo relacionado:
Libro recomendado:
– De Clercq, H., & Equipo de Investigación y Tratamiento en Asperger y Autismo (EITA). (2012). El autismo desde dentro: Una guía (corr. y adap. ed.). Ávila: Autismo Ávila
¡Anímate a comentar y a preguntarme!
¡Feliz momento del día en el que me leas!
Verónica López López
Maestra de Educación Primaria y Psicóloga
Colaboradora del Centro de Psicología de Psicología Calma al Mar, Valencia
La vida es ahora
veronicall.92@gmail.com
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