Asertividad Positiva; Expresar amor, agrado y afectos.
Quizás las experiencias más profundas en nuestras vidas son las vividas íntimamente con otras personas.
El amor puede aparecer en nuestras vidas en forma de amor apasionado, o bien en una forma más tranquila, de compañero. El amor apasionado se muestra fuerte, acarrea confusión de sentimientos: ternura y sexualidad, júbilo y dolor, ansiedad y alivio, altruismo y a veces celos.
En el otro lado, el amor de compañero, más suave, es un afecto amistoso y una unión profunda con alguien. El amor de compañero y el agrado tienen mucho en común. El agrado se refiere al afecto que sentimos por conocidos casuales. La diferencia real entre el agrado y el amor es la profundidad de nuestros sentimientos y el grado en el que nos implicamos con la otra persona.
Tenemos el derecho de expresar, de una forma adecuada, los sentimientos de amor, de agrado, de afecto hacia las personas por quienes tenemos estos sentimientos.
Para muchas personas escuchar expresiones sinceras de amor y de afecto les resulta una interacción muy agradable y estimulante, y esto refuerza los lazos, profundiza la relación entre las partes.
Pero con cierta frecuencia, algún miembro de la pareja, en una relación íntima, supone que el otro “le adivina la mente”, “ya sabe lo que quiere” y no manifiesta ese cariño de forma verbal. Esto es un error. Otro error es creer que no es necesario expresar con palabras lo que las acciones transmiten.
Sin embargo, pese a estas creencias, la falta de expresión de sentimientos de amor, de cariño, puede hacer que la otra persona se sienta olvidada o no apreciada y esto puede llegar a debilitar la relación.
En el amor hacia un compañero se expresan hechos íntimos, se da apoyo emocional y moral, se muestra interés hacia sus actividades, se respetan sus opiniones, se hacen regalos, proyectan metas conjuntas, etc.
Aquellas relaciones en las que la tasa de refuerzo es mayor que la de castigos, se perciben como más ricas, armoniosas y satisfactorias. Mientras aquellas en las que priman las discusiones, las críticas (el castigo) son percibidas como insatisfactorias y las personas tienden a desear y manifestar alejamiento.
Rosa Mª Ojalvo Quevedo.