La verdadera realidad sobre la fobia a los PETARDOS y sonidos fuertes
La fobia a los petardos, también conocida como fonofobia o ligirofobia, es un miedo intenso y persistente a los ruidos fuertes, como los petardos, fuegos artificiales, estallidos de globos, aperturas de botellas de cava, truenos o cualquier otro sonido que cause una reacción de ansiedad extrema en quien lo padece.
Esta fobia puede afectar a personas de todas las edades y géneros, aunque por lo que hemos visto en Calma Al Mar centro de psicología es algo más común en niños y mujeres.
El origen de la fobia a los petardos
Las causas de la fobia a los petardos pueden ser diversas, aunque en la mayoría de los casos se relacionan con experiencias traumáticas o negativas previas, como haber presenciado un accidente con fuegos artificiales o haber sido expuesto a un sonido fuerte que haya causado malestar intenso o daño auditivo. También se cree que haber observado daño en otras personas cuando se es niño puede ser un efecto causal en la fobia a los petardos. Una tercera explicación puede ser la reacción excesiva y exagerada de alguno de los progenitores ante el estallido de los petardos. Por ese motivo muchas veces se cree que la fobia puede ser hereditaria (es decir, estar en los genes) pero si alguno de los padres reacciona de forma muy intensa ante sonidos fuertes podría estar transminiéndole a su hijo o hija esa fobia por un proceso de aprendizaje por observación.
El impacto de la fobia a los petardos en quien la sufre
El impacto de la fobia a los petardos en la vida cotidiana de quien la padece puede ser significativo, limitando su capacidad para disfrutar de actividades sociales y recreativas que impliquen la presencia de petardos o fuegos artificiales, como las celebraciones de Año Nuevo, cumpleaños, bodas, bautizos, competiciones deportivas, etc.
Muchas personas con fobia a los petardos que han acudido a tratarse al centro de Psicología Calma Al Mar presentaban también fobia al estallido de globos, por lo que evitaban ir a fiestas infantiles, restaurantes como McDonalls y cualquier otro centro en el que pensasen que podía haber globos.
Síntomas de la fobia a los petardos
La fobia a los petardos puede manifestarse en diferentes síntomas físicos y emocionales, como sudoración excesiva, palpitaciones, temblores, mareo, náuseas, sensación de ahogo, tensión muscular y ansiedad extrema. Estos síntomas pueden variar en intensidad y duración, y pueden ser desencadenados por el sonido o la vista de un petardo o fuego artificial, o incluso por la anticipación de un evento en el que se sabe que habrá ruido fuerte.
A menudo, las personas que padecen fobia a los petardos también experimentan una sensación de vergüenza o humillación por su miedo, lo que puede llevarlas a evitar situaciones sociales y recreativas en las que puedan encontrarse con petardos o fuegos artificiales.
Las personas con fobia a los petardos tienden a evitar cualquier tipo de situación en la que crean que se van a tener que enfrentar con el sonido de petardos, estallidos de globos, aperturas de botellas de cava, o cualquier otro sonido repentino e intenso.
Si las personas con fobia a los petardos no pueden escapar de una situación, en ocasiones emplean medidas para reducir el impacto del sonido, como usar tapones para los oídos, auriculares con música fuerte, o cerrar las persianas de casa y poner el televisor con un volumen alto. Cualquiera de estas estrategias reducen en ese momento el impacto emocional, pero no eliminan la fobia. Más bien, tienden a cronificarla.
Tratamiento de la fobia a los petardos
El tratamiento de la fobia a los petardos puede incluir terapia cognitivo-conductual guiada por un psicólogo profesional y experto en la fobia a los petardos. Este tratamiento se enfoca en modificar los pensamientos y comportamientos disfuncionales asociados con la fobia, y la terapia de exposición, que implica la exposición gradual y controlada al estímulo temido para reducir la ansiedad asociada.
La aproximación sucesiva y controlada, guiada paso a paso por un experto en psicología, se ha mostrado como la mejor opción para un tratamiento total y eficaz. Hay que decir que cuando está guiada por un profesional el paciente no genera una situación tan incómoda que sea muy molesta para él. En todo momento se busca que el paciente atraviese las fases de la terapia con un nivel de confort y todas las etapas son asumibles por quien se somete a terapia.
Además, existen otras técnicas que pueden ser útiles para reducir la ansiedad en momentos de la fase de tratamiento, como la relajación muscular progresiva, la respiración profunda o las autoinstrucciones.
En conclusión, la fobia a los petardos es un miedo intenso y persistente a los ruidos fuertes, que puede afectar significativamente la calidad de vida de quien la padece. Sin embargo, existen técnicas de tratamiento efectivas que pueden ayudar a reducir la ansiedad asociada y mejorar la capacidad de las personas para disfrutar de actividades sociales y recreativas que impliquen la presencia de petardos o fuegos artificiales.
Hasta la fecha, tras más de 20 años tratando a adultos, adolescentes y niños con fobia a los petardos, en Calma Al Mar el 100% de los pacientes con fobia a los petardos que han seguido el tratamiento completo han logrado superar la fobia en su totalidad. La fobia a los petardos es una de las fobias que más tratamos en Calma Al Mar, con un nivel de satisfacción muy elevado entre nuestros pacientes.
Ana, de 30 años, presentaba una fobia a los petardos y cualquier sonido fuerte y repentino
Ana es una chica de 35 años que ha sufrido de fobia a los petardos desde que era niña. Cada vez que se acercaban las fiestas de Fallas en Valencia o el Año Nuevo, se sentía ansiosa y temerosa por los fuertes ruidos que podía escuchar. Ana describía que su miedo a los petardos se había intensificado con el paso del tiempo, hasta el punto de que evitaba salir de casa en los días en que sabía que habría petardos o fuegos artificiales. En las fiestas de Fallas siempre se marchaba fuera de Valencia.
Ana decidió acudir a consulta de psicología para buscar ayuda y poder superar su fobia. Su marido era fallero y participaba de las celebraciones de las fiestas de Fallas todos los años. Acababan de tener una niña y nos dijo que sabía que su marido quería ir con su hija en el carrito en los desfiles, procesiones y pasacalles de las fiestas de Fallas. Para Ana era un reto y una necesidad el poder superar esa fobia que la había tenido agobiada desde que era una niña.
Durante las primeras sesiones, Ana y su psicóloga de Calma Al Mar hablaron sobre su historia y las experiencias traumáticas relacionadas con los petardos que habían contribuido a su fobia. Su psicóloga trabajó con Ana para identificar sus patrones de pensamiento negativos y distorsionados. Mediante una terapia conocida como terapia cognitiva la psicóloga le ayudó a Ana a modificar su forma de pensar. Con ella, Ana empezó a pensar de forma diferente en lo relacionado a los petardos, los sonidos fuertes y los globos. Además, su psicóloga de Calma Al Mar le enseñó técnicas de relajación y respiración profunda para ayudarla a manejar su ansiedad en los momentos en los que Ana viese que la ansiedad era más elevada.
A medida que avanzaba la terapia, el terapeuta introdujo la técnica de la exposición gradual, en la que se expone a la persona al estímulo temido de manera muy controlada, progresiva y segura. En el caso de Ana, su psicóloga se aseguró de que cada uno de los pasos y de los niveles de esta exposición progresiva era totalmente asumible para Ana. No hubo ninguna fase en la que Ana se sintiese agobiada o superada por la situación. Ana tuvo en todo momento el control, y ella decidía cada paso, guiada por su psicóloga. Esto significó exponerla a diferentes niveles de sonido de petardos, desde grabaciones de sonidos muy leves y lejanos hasta petardos reales en un lugar controlado y seguro. En todo momento Ana se sintió perfectamente guiada y arropada por su psicóloga.
A través de la exposición gradual, Ana aprendió a desactivar la respuesta de miedo y manejar la ansiedad que sentía al escuchar los petardos.
«Simplemente el miedo se desactivó, como quien apaga una luz con un interruptor. Pude escuchar los estallidos, pero sin nada de la respuesta de miedo que tenía antes.»
Después de varias semanas de terapia, Ana informó que se sentía confiada, segura y cómoda en situaciones en las que antes habría evitado estar presente. Incluso pudo disfrutar de las celebraciones de las fiestas de Fallas con su marido y su hijo, pudo disfrutar de los fuegos artificiales de Nochevieja en la plaza del Ayuntamiento de Valencia sin sentir el miedo intenso que solía tener antes.
En resumen, el caso de Ana es un ejemplo de cómo la terapia psicológica puede ayudar a las personas a superar su fobia a los petardos. A través de la terapia cognitivo-conductual, Ana pudo identificar y corregir sus patrones de pensamiento disfuncionales, y la exposición gradual le permitió desensibilizarse al estímulo temido y aprender a manejar su ansiedad. Como resultado, Ana pudo recuperar su capacidad para disfrutar de las actividades sociales y recreativas que antes le resultaban imposibles.
La terapia me devolvió la vida social que había perdido, y poder disfrutar con mi hija y mi marido de las Fallas de Valencia
Juan, de 10 años, presentaba una importante fobia a los petardos, globos y sonidos fuertes
Juan es un niño que tenía 10 años cuando acudió a terapia en Calma Al mar. Su madre le contó a la psicóloga infantil que les atendió que Juan tiene fobia a los petardos desde que tiene uso de razón. En cada celebración de cumpleaños del colegio, en Nochevieja o en las fiesta de Fallas en Valencia Juan se ponía muy nervioso y temblaba de miedo ante la posibilidad de escuchar un globo estallar o un petardo. Incluso el sonido de una grabación de petardos por la televisión le provocaba ansiedad y pánico.
La fobia de Juan le había afectado en su vida diaria y social, ya que a menudo evitaba ir a cumpleaños de los otros niños del colegio, o salir de casa en los días en que sabía que habría petardos. Su madre se preocupó por la situación y decidió buscar ayuda profesional en el centro de psicología Calma Al Mar. Acudieron a una consulta de psicología infantil para buscar ayuda y superar la fobia de Juan.
Durante las primeras sesiones, la psicóloga infantil de Calma Al Mar trabajó con Juan y su madre para identificar los desencadenantes de su fobia y establecer objetivos realistas a través de la terapia cognitivo-conductual. La psicóloga trabajó con Juan para enseñarle técnicas de relajación y respiración, y también para identificar y reemplazar sus pensamientos negativos y distorsionados con pensamientos más realistas y positivos.
A medida que avanzaba la terapia, la psicóloga introdujo la técnica de la exposición gradual, en la que se expone al niño al estímulo temido de manera controlada y segura. Juan se sintió cómodo en todo momento de la terapia.
A través de la exposición gradual, Juan aprendió a tolerar y manejar la ansiedad que sentía al escuchar los petardos. La psicóloga también trabajó con la madre de Juan para que le brindara apoyo y refuerzo positivo durante todo el proceso. La psicóloga le explicó a su madre los comportamientos y conductas que ella tenía que ver cada vez que Juan reaccionaba con miedo.
Después de varias semanas de terapia, Juan informó que se sentía más seguro y cómodo en situaciones en las que antes habría evitado estar presente. La madre se emocionó, feliz, cuando vio cómo su hijo tiraba petardos pequeños sin el menor signo de miedo.
En resumen, el caso de Juan es un ejemplo de cómo la terapia psicológica puede ayudar a los niños a superar su fobia a los petardos. A través de la terapia cognitivo-conductual, Juan pudo identificar y corregir sus patrones de pensamiento disfuncionales, y la exposición gradual le permitió desensibilizarse al estímulo temido y aprender a manejar su ansiedad. Como resultado, Juan pudo recuperar su capacidad para disfrutar de las actividades sociales con otros niños de su clases, y disfrutar de las fiestas de Fallas en Valencia sin miedo a los petardos.
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