¡No puedo con tanta belleza!: Síndrome de Stendhal
El síndrome de Stendhal (también denominado síndrome de Florencia o estrés del viajero) es una situación anímica que causa un elevado ritmo cardíaco, vértigo, confusión, temblor, palpitaciones cuando el individuo es expuesto a obras de arte, especialmente cuando estas son particularmente bellas.
Estoy segura de que alguna vez te ha pasado que escuchas una canción y ésta te despierta miles de emociones, se te eriza la piel o incluso puedes llegar a derramar unas lágrimas. Sin embargo, este síndrome se refiere a las sensaciones que van más allá de esto: sensaciones extremadamente intensas delante de algo realmente bello, ya sean obras de arte, paisajes o estructuras arquitectónicas.
El nombre de este síndrome se debe a que en 1817, un escritor francés que se hacía conocer como Stendhal se trasladó hasta Florencia e impresionado por su belleza, presentó una serie de emociones y sensaciones que más tarde sería reconocido como el cuadro sintomatológico de este síndrome. En su diario escribió:
“me latía el corazón, la vida estaba agotada en mí, andaba con miedo a caerme”
La recurrencia de este tipo de sensaciones, que llegaba a causar mareos, vértigos y desvanecimientos, fue documentada como un caso único en la ciudad de Florencia, y no se no acuñó como un síndrome diferenciado hasta que, en el año 1979, la psiquiatra florentina Graziella Magherini tras describir más de un centenar de casos similares al que sufrió Stendhal en turistas y visitantes de la ciudad de Florencia, lo definió y categorizó como el síndrome que hoy conocemos.
Tras la investigación que esta psiquiatra lleva a cabo se describe científicamente el síndrome como una reacción psicosomática y corporal provocada por la saturación que produce la sobrecontemplación de la belleza en un corto espacio de tiempo. En algunos casos, los más severos, a los síntomas descritos por Stendhal se puede añadir amnesia, paranoia, crisis de pánico e, incluso, alucinaciones.
Sin embargo, hay mucho debate frente a la veracidad de síndrome. Hay científicos que lo identifican más con una reacción autoinducida o con una sugestión artística, ya que es posible que haya otros factores que influyen en la catarsis emocional que se presenta, como el cansancio, el hambre, la temperatura… Por otra parte, hay científicos que sí lo consideran como una patología.
¿Y tú, qué piensas? ¿Te ha sucedido esto alguna vez?
Sara Arjones González
Psicóloga en formación y colaboradora en «Calma al mar»
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