Tener unos hábitos de vida poco saludables, nos pasa factura. Es necesario establecernos, y sentirnos cómodos, en una rutina de hábitos que hacen mucho por nosotros. Muchas personas, sienten que la manera en que se alimentan es un problema, les agobia, sienten ansiedad y una emocionalidad negativa, sobretodo vergüenza, que marca sus vidas.
A nivel emocional, estas personas sienten que no tienen control sobre aquello que ingieren, a pesar de que en muchos casos desearían no hacerlo, no controlan sus impulsos, y esto genera ansiedad, rabia y frustración y nuestra autoestima y autoconfianza se ven también afectadas. Cuando no confías en tus actos, el autoconcepto también se deteriora. Como puedes ver, la seguridad y la salud psicológica se pone en entredicho, simplemente por comer de forma menos saludable que otras personas.
Actualmente se considera que la delgadez, debido a los cánones de belleza, es símbolo de éxito personal, y conlleva a que personas con cuerpos reales, se sientan a disgusto con sus cuerpos. Esto conlleva, una mala relación con los demás: pareja, amigos o familia. Debido a esta situación, se dejan de hacer actividades que antes resultaban atractivas como salir a disfrutar de una buena comida o ir a la playa en pareja.
Por otro lado, es de considerar, que la mala alimentación no genera la misma energía que una comida nutritiva y saludable, y esto genera, entre otras cosas a tener en cuenta, como el aumento de peso, la mala digestión, pudiendo llegar a ser esta, dolorosa. La mala digestión puede degenerar en otras patologías estomacales.