La gente con estrella.
Me describo con un perfil científico de los llamados puñeteros, de esos que dicen “si no lo veo, no me lo creo, y aun cuando lo vea, te lo pondré en duda”. Vamos, que no es fácil convencerme de un hecho simplemente por fe.
Sin embargo, tengo una gran excepción a este dogma, y es la suerte.
Confío en que la suerte guía la vida de muchas personas hasta más allá de lo explicable. La suerte, que muchos llamamos “estrella”, hace que las personas pasemos por determinadas casualidades o coincidencias que simplemente no tienen sentido porque no siguen un patrón lógico.
Más aún, la gente con estrella incluso experimenta situaciones reales que son rotundamente ilógicas… pero son.
La consecuencia es que las personas que tienen estrella siguen una tendencia a que les vayan las cosas bien, y por ende son más felices. Las personas sin estrella, suman infortunios y les cuesta separarse de una sensación de catástrofe y desgracia continua.
Los estudios científicos de psicología básica son más puristas cuando demuestran que las personas positivas tienden a fijarse y a recordar más los sucesos afortunados que las personas depresivas, quienes recuerdan más las desgracias. Desde esta perspectiva, que cuando la lees te parece razonable, mi teoría de que a las personas con estrella les va generalmente bien, sería refutada afirmando un sesgo basado en una perspectiva subjetiva.
Y aun así, defiendo que tengo yo razón.
Quizá exista una retroalimetación de tal forma que las personas más felices tienden pensar que tienen estrella, y por lo tanto se fijen más en los sucesos positivos que en los negativos. Incluso estoy de acuerdo en que las personas positivas tienden a ver los problemas que padecen, más que como dificultades, como retos que superar y obstáculos que les van a ayudar a madurar más.
Pero cuando uno ya ha perdido la cuenta de las situaciones positivas inverosímiles con las que se ha encontrado en la vida, cada una más ilógica que la anterior (pero reales) refuerza firmemente la idea de que hay gente con estrella. Gente a la que le suceden cosas que les sacan de un problema, o les conducen a una situación mucho mejor. Son personas que viven coincidencias y casualidades que no se pueden explicar ni de lejos simplemente por el azar.
Sin lugar a dudas, la estrella existe.
Youtube está cargado de vídeos de ejemplos en donde se demuestra. Yo me quedo de todos los vídeos, con este:
Un ciclista es atropellado por una camioneta cargada de colchones. Antes de que el ciclista se caiga al suelo, se desprende un colchón y cae justo debajo de él. El ciclista se levanta tranquilamente del colchón mientras personas que han visto el atropello acuden sin necesidad a rescatarlo.
Fernando Pena
Psicólogo en Valencia
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Buenos días.
Soy un chico que tiene no una sino 3 estrellas. Nunca creí que aquello que veía en pensamientos fuera algo real, pero aquí estoy.
Me he visto a mi mismo en una especie de carta de tarot, detrás de mí hay un cielo profundo color azul oscuro pero iluminado por tres estrellas, las cuales tienen forma de rombo con los lados cóncavos y que brillan de un blanco intenso, estás están encima de mi cabeza en disposición de ‘v’ invertida.
Cabe resaltar, yo no creo en la magia, ni en el tarot, ni en cosas similares.
Las estrellas, de formas que no puedo explicar, representan suerte, amor y felicidad, ya que siempre, nuevamente de formas inexplicables, he tenido suerte en estas tres condiciones.
Debajo de mí hay una proyección oscura de mi mismo, y bajo de él, dos estrellas sin luz del color del cielo de fondo pero distinguible, de esas sé que significa mi infortunio, y creo que son salud y mente, ya que siempre he sufrido de salud y mi mente es nido de pensamientos dañinos intrusivos, a la par que es cuna de mi mayor defecto: la ociosidad.
Sé que esto existe, nuestro destino no está sellado, pero parece que lo que guía nuestro albedrío es una especie de ley que se establece antes de nuestro nacimiento, la fortuna y el infortunio, esto podría explicar porque almas gemelas, a pesar de ser iguales genéticamente, pueden acabar con vidas tan distintas.