Seducción: La teoría del pañuelo

Hemos realizado una cantidad significativa de entrevistas y observaciones directas a hombres y mujeres de entre 25 y 40 años en las cuales hemos valorado los procesos que contribuyen a aumentar la sensación que uno tiene de atracción hacia otra persona.

La hipótesis de trabajo inicial planteaba que las personas sentirían más atracción por otra persona en función de tres factores:

1. El atractivo físico de esa persona
2. Los aspectos en común que tiene con uno mismo (aficiones y vida laboral)
3. Los objetivos en la vida compartidos

Durante las entrevistas realizadas a los sujetos (hombres y mujeres) se analizaron las 2 últimas relaciones de pareja importantes que habían tenido estas personas, centrándonos en los 3 puntos previamente señalados.
Los resultados extraídos nos permiten afirmar que:

1. La mayor parte de las personas han tenido relaciones de pareja con otras personas que inicialmente no consideraban especialmente atractivas. Hemos encontrado incluso que algunas personas afirman que sus parejas les parecían físicamente algo feas antes de iniciar la relación. El atractivo físico no es un factor especialmente relevante en la consolidación de una relación de pareja.

2. La percepción del atractivo aumenta al establecerse la relación. Las personas consideran a su pareja más guapa cuando llevan un tiempo de relación con la misma.

3. Los aspectos en común (aficiones y vida laboral) son elementos que aparecen en muchas parejas, pero que no se muestran fundamentales para el mantenimiento de la relación.

4. Los objetivos en la vida son un elemento clave para la consolidación de la pareja. Tener objetivos vitales diferentes se ha evidenciado durante las entrevistas como uno de los principales motivos de ruptura.
Las entrevistas realizadas nos han servido para plantear una nueva investigación con una nueva hipótesis de trabajo. En muchas de las relaciones hemos encontrado que los dos miembros de la pareja eran muy diferentes, incluso opuestos.

Al estudiar los motivos psicológicos que mantenían a la pareja unida, nos encontramos que había un afán de una de las partes por cambiar o reconducir a la otra parte.

Este afán es entendido como una obligación que una de las partes se auto-impone para conseguir cambiar a la otra parte. Es un reto que uno se plantea casi como objetivo en la vida. Tratar de cambiar al otro sirve como un punto de unión con la pareja.

Así pues, la nueva hipótesis de trabajo en proceso de estudio es: Las personas sentirán más atracción por otra que tenga algo que deba ser cambiado.

Para la primera fase del estudio hemos desarrollado varios ensayos en los que tomamos a la misma persona y la ponemos en situaciones propicias para la seducción (normalmente pubs o discotecas).

Hay dos condiciones de estudio.

En la primera condición la persona viste de un modo normal, siguiendo un estilo similar al de la gente que está en el mismo local.

En la condición 2, la persona viste un elemento que se muestra claramente discordante con el resto de su ropa, y con el de la gente que está en el mismo local. El complemento empleado es un pañuelo llamativo de color.

Estudiamos los comportamientos de acercamiento y cortejo a nuestro cebo que llevan a cabo las personas del mismo local en la condición 1 y en la condición 2.

Los resultados encontrados hasta ahora están mostrando un mayor número de intentos de cortejo con la persona que muestra un elemento discordante, que con la misma persona que no lo lleva.

La investigación necesitará un mayor número de ensayos para llegar a conclusiones sólidas al respecto.

Fernando Pena

Psicólogo con consulta clínica privada y profesor de Psicología Clínica en el Instituto Europeo de Formación de Formadores. Director del Máster de Psicología Clínica de la AEPCCC en Valencia. Responsable del consultorio psicológico del periódico Las Provincias. Asesor de psicólogos sanitarios para la Agencia de Publicidad AMA.

E-mail: Fernando@cop.es
Twitter: @Psicoteca