La importancia de trabajar la imagen corporal y la autopercepción

Cuando hablamos de Trastornos de la Conducta Alimentaria, hay un síntoma que suele ser común en todos ellos.

Hablamos de la distorsión de la imagen corporal o clínicamente conocido como dismorfia corporal. Te lo voy a explicar de la siguiente manera. Digamos que el ser humano tiene “dos cuerpos”, el que está a la vista de todos y la gente ve; y otro al que me gusta llamarle “el cuerpo de la mente”, que es la imagen que tenemos nosotros mismos de nuestro cuerpo.

Este es uno de los puntos clave a tratar en terapia en casos de TCA. Aunque recordemos que este tipo de trastornos necesita si o si un tratamiento multidisciplinar, es decir, acompañado de un profesional de la nutrición. El trabajo en la autopercepción y la imagen corporal es clave, ya que, los pensamientos que tengamos sobre nuestro cuerpo van a influir directamente en como nos relacionamos con la comida y en nuestra forma de alimentarnos.

Normalmente personas con este tipo de problemas reproducen muchos pensamientos y verbalizaciones negativas hacia uno mismo, acompañadas de acciones de rechazo y muchísima frustración por no conseguir el cuerpo deseado. Por ejemplo, alguien con obesidad puede pensar “Estoy muy gordo, no valgo para nada”. Es importante por eso trabajar en la aceptación, el cariño y el autocuidado para generar pensamientos y verbalizaciones más ajustadas a la realidad. Porque sí, la persona con obesidad estará gordo/a, pero la segunda parte (“no valgo para nada”), sin darte cuenta, es una puñalada a tu autoestima y te estigmatiza.

Ángel Domínguez Anglada, psicólogo colaborador del equipo de Calma al Mar y la Asociación Española de Psicología Sanitaria AEPSIS.

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