La no-monogamia: ¿qué es y qué implicaciones tiene en las relaciones modernas?
Puede que alguna vez navegando en las redes, te hayas encontrado con alguna extraña palabra o concepto como “swingers”, “poliamor”, o incluso “anarquía relacional”. Seguramente, si no es un mundo que hayas explorado o en el que te muevas, te sonarán de algo pero tampoco tendrás una idea del todo clara sobre qué implican realmente estos conceptos, y precisamente por esta razón, atendiendo a toda la confusión que se pueda crear alrededor de estas palabras que tanto miedo, extrañeza y rechazo pueden suscitar, voy a dedicarme a organizar un poco el caótico puzzle que se forma con estas piezas.
Para poder hablar del tema, comencemos por lo obvio, la madre de todos los conceptos, ¿qué es la no-monogamia? También llamada no-mononormatividad, se trata de una filosofía y, al mismo tiempo, práctica, que cambia la forma en la que entendemos las relaciones “de pareja” y las interacciones humanas, especialmente “románticas”. Y hago el énfasis en “de pareja” y “románticas”, puesto que precisamente la no-monogamia abre las puertas en una relación a la posibilidad de que existan más de dos personas en la misma, y de que estas personas no se relacionen sólo de forma romántica tradicional, tal y como la solemos asumir. Pero la cosa no se queda ahí, ya que la no-monogamia no sólo contempla añadir personas a una relación existente o construir una desde cero, ya con más miembros de los que acostumbramos a ver, sino que engloba una extensa variedad de tipos de relaciones que se diferencian, en líneas generales, según cómo contemplan dos conceptos: el sexo, y el afecto.
Y es que si hablas de no-monogamias, hablas necesariamente de sexo y afecto, pero también de un elemento que precisamente los controla, la exclusividad. Es precisamente esta la que va a determinar el tipo de relación que vas a tener, y por tanto cómo vas a interactuar con la gente, y con cuánta gente; en resumen, dependiendo de si el sexo y/o el afecto en la relación son exclusivos o no, vas a ir viendo los tipos de relaciones no-mononormativas que hay y sus peculiaridades.
Por tanto, para concretar, cuando hablas de sexo estás hablando de la exclusividad que haya o no en la pareja a la hora de tener sexo, es decir, de si los miembros de tu relación tienen permitido tener sexo con otras personas fuera de esta o no. En cuanto al afecto, cuando hablas de él te refieres a las implicaciones clásicas de amor y romanticismo; encontramos lo mismo hablando de él respecto a la exclusividad que haya o no en tu relación, es decir, si los miembros de esta tienen permitido tener otras relaciones “amorosas” (lo que tradicionalmente entendemos como románticas) fuera de la relación existente.
Rescatando las palabras con las que introducía antes, tanto los “swingers”, como el “poliamor” y la “anarquía relacional” son tipos de relaciones. Pero quedarse ahí sería muy simplista, ya que para la gente que vive cualquiera de estos estilos relacionales, estos no tienen por qué ser sólo prácticas concretas o tipos concretos de relaciones, sino también estilos y filosofías de vida, que se expanden a la forma en la que se relacionan, no sólo con sus parejas, sino también con toda la gente a su alrededor.
Ahora bien, aún con lo dicho, es cierto que resulta muy útil entender estos conceptos como tipos de relaciones cuando te inicias en este mundillo, por lo que revisaremos ahora los más practicados uno a uno refiriéndonos mayoritariamente a sus implicaciones en la pareja:
- Relaciones abiertas: comenzando por el que posiblemente se entiende como el tipo de relación más cercana a la monogamia, las relaciones abiertas implican exclusividad afectiva, pero no sexual. Son las más comunes, puesto que se acercan más a las relaciones monógamas, e implican por tanto, un cambio de práctica y mentalidad mucho menor en las parejas y personas que buscan explorar.
- Swingers: muy similar al concepto de relación abierta, puesto que también son relaciones en las que existe exclusividad afectiva pero no sexual… Más o menos. Y es que son relaciones en las que no hay exclusividad sexual propiamente, pero suele estar atada a ciertas condiciones, como por ejemplo, que las prácticas que involucren a personas fuera de la relación se lleven a cabo con ambos miembros de la pareja presentes, o que la no exclusividad sexual se aplique sólo durante eventos o situaciones específicas previamente pactadas. Además de todo esto, este tipo de parejas se caracterizan por explorar diferentes prácticas sexuales como el intercambio de parejas o el voyeurismo.
- Poliamor: posiblemente el tipo de relación que más se ha dado a conocer en los últimos años, implica la nula exclusividad tanto afectiva como sexual. Este es un salto mucho más pronunciado respecto a las relaciones tradicionales, puesto que tu relación permite no sólo la posibilidad de que sus miembros tengan sexo con otras personas, sino que también se contempla crear vínculos afectivos nuevos y desarrollar nuevas relaciones (ajenas o no) a la existente. Estas relaciones requieren de mucho trabajo interno y de paciencia, puesto que al aumentar el número de personas implicadas en una relación (o con alguno de sus miembros), todo se vuelve más complejo. Dentro de ellas podemos ver que exista jerarquía o no, y esta hace referencia al hecho de que se dé una clara prioridad a algunas relaciones estando estas por encima de otras en la jerarquía (diferenciando entonces entre relaciones primarias y secundarias, por ejemplo).
- Polifidelidad: este tipo de relación es un encuentro entre el poliamor y la monogamia, ya que determina que existe exclusividad sexual y afectiva, pero limitada en ambos casos. Con esto nos referimos a que se da la exclusividad en ambos ámbitos, pero con un número de miembros mayor a 2, es decir, que tu relación “cerrada” (que es exclusiva) tiene no dos personas, sino tres, cuatro, o incluso más dentro de ella. Esto implica por tanto, que la exclusividad existe fuera de ese círculo de personas, pero no dentro de él.
- Anarquía relacional: por último, posiblemente el concepto más complejo y menos conocido de la lista, ya que posiblemente te preguntes qué tiene que ver la anarquía con las relaciones de pareja. Pues bien, de hecho la anarquía relacional nace del movimiento político con el que comparte nombre, y se adapta al ámbito de las relaciones. Si eres anárquico relacional, no sólo no entiendes de exclusividad, sino que no entiendes de etiquetas ni jerarquías; cada vínculo entre 2 personas se vive como único, y las diferenciaciones o delimitaciones entre lo que es romántico y lo que es amistad se difuminan, pues entiendes las relaciones humanas de una forma completamente distinta a lo tradicionalmente establecido, determinando de forma personal el cómo entiendes cada uno de tus vínculos.
Por tanto, puedes entender la no-monogamia como una práctica, un tipo de relación, o incluso una filosofía de vida, pero al final, la implicación última es precisamente abrir tu vida a más relaciones, del tipo y de la manera que sea. Es importante que estés preparado para la complejidad que implican estas prácticas, y ante todo tengas la paciencia, la empatía y responsabilidad afectiva necesarias si quieres explorar este mundo.
Alejandro G. Salazar, Psicólogo colaborador del equipo Calma al Mar y Asociación Española de Psicología Sanitaria AEPSIS.
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