Las ventajas de discutir con tu pareja
¿Sientes que tus relaciones interpersonales en ocasiones se vuelven excesivamente complicadas?
Es normal: distintas personas con pensamientos, emociones, y aprendizajes diferentes que establecen un vínculo e interaccionan entre sí, puede dar como resultado que aparezcan problemas que tú no resolverías de la misma manera que el otro. Y cuando se trata de la relación con tu pareja, esa persona de la que tienes unas expectativas acerca de construir un proyecto de vida común, y con la que pasas tanto tiempo de tu vida, aprender a llegar a acuerdos es de vital importancia para mantener un vínculo sano y una relación de pareja satisfactoria para los dos.
Que aparezcan conflictos o diferentes puntos de vista en tu relación es normal y además es inevitable, pues todos los días te enfrentas a nuevas situaciones y experiencias que pueden derivar en complicaciones.
No sirve de nada, entonces, que evites las dificultades que surjan, puesto que ya hemos hablado que estas son naturales y propias de la vida y las relaciones. ¿Qué es lo que está en tus manos entonces? Que tengas herramientas para gestionarlas cuando aparecen.
Los conflictos que se presenten entre tú y tu pareja pueden suponer tanto un problema que desgaste progresivamente vuestra relación hasta acabar con ella, como una oportunidad de crecer, conoceros más el uno al otro, y reforzar el vínculo amoroso: la diferencia reside en vuestro afrontamiento ante el desacuerdo.
Algunas de las claves que te pueden ayudar a resolver un conflicto con tu pareja de manera eficiente son las siguientes:
- Comunícate asertivamente: habla sobre las cosas que te hacen sentir mal con tu pareja desde el respeto y hazle saber qué cosas te gustaría que hiciera o dejara de hacer para sentirte mejor.
- Pon límites y respeta los de tu pareja: di que no cuando lo necesites y acepta que la otra persona también lo haga.
- Responsabilízate de tus propias emociones: expresa lo que sientes en primera persona y sin culpar a tu pareja de tus propias emociones negativas. Por ejemplo: puedes decir “me siento enfadado ante esta situación” en lugar de decir “me cabreas”.
- Ten en cuenta tus propias necesidades y las de la otra persona: elige el momento adecuado para hablar del conflicto. Acuerda con tu pareja si preferís hablarlo al momento o necesitáis un tiempo para calmaros.
- Pide perdón y entrena tu capacidad de perdonar: pide disculpas si te equivocas y aprende a aceptar el perdón de tu pareja. Esto implica que no utilices la situación perdonada para hacer reproches en situaciones futuras.
Sara Martínez Zazo, psicóloga colaboradora del equipo de Calma al Mar y la Asociación Española de Psicología Sanitaria AEPSIS
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